VISITA A LA CRUZ DEL PERNALES.
BAÑO EN LA PEÑA DEL OLIVAR.
EL CD SENDERISTA "LOS ESCUDEROS", LLEGANDO A LA GRAN CASCADA DEL ARROYO DEL TEJO.
Obligada ruta al Sur de la cercana y a la vez desconocida Sierra de Alcaraz, con la idea de conocer por dónde nace nuestro río: EL GUADALIMAR.
Nos dirigimos hacia la primera población de la provincia de Albacete que nos encontramos viniendo desde Siles, que es Villaverde de Guadalimar, lugar este, dónde hay quién atribuye el nacimiento, ya que es aquí dónde confluyen los arroyos Vaquerizas y del Tejo.
No conformes con esta apreciación, ya que consideramos que este grandioso Río Guadalimar, merece ya que lo tiene, un lugar mucho más pintoresco para su nacimiento aguas arriba.
Desde Villaverde de Guadalimar, decidimos conocer el agreste Arroyo del Tejo, para nosotros verdadero y espectacular nacimiento del Guadalimar, que nace entre las altas cumbres de La Sarga y El Padrón, para lo que subimos con los coches por una pista que va al lado del arroyo, hasta llegar al Cortijo del Tejo, desde dónde comenzamos la ruta a pie.
Subimos por la pista hasta que nos cruzamos con el Arroyo del Tejo, ascendiendo por el hasta que vimos sus primeras aguas, a unos 1.400 m de altura, que no esta mal para ser primero de septiembre, aunque en época de lluvias sus primeras aguas corren a más de 1.600 m sobre el nivel del mar.
Volvimos a la pista y tras admirar un casi milenario Tejo que hay junto al camino, llegamos a las espectaculares formaciones pétreas llamada de Los Picarazos o de Los Frailes. Aprovechamos para tomar el bocadillo, disfrutando de unas inmensas vistas por doquier.
A continuación y con el objeto de hacer la ruta circular, fuimos por entre enredadas trochas (por cierto muy sucias, con cantidad de restos de madera seca) en busca del Arroyo del Tejo de nuevo, llegando a una zona con una cascada espectacular. La cruzamos y por una delimitada senda llegamos de nuevo al cortijo del Tejo, dónde tras refrescarnos en su agradable fuente cogimos de nuevo los vehículos.
Bajamos unos 600 por la pista hasta la indicación que a la izquierda nos marca el lugar en el que los bandoleros sevillanos Pernales y Niño del Arahal fueron abatidos. Tras penetrar por la pista unos cientos de metros dejamos los coches y seguimos por la senda para ver el lugar, en el que una cruz y un panel explican los últimos momentos de la vida de estas malogradas personas.
De vuelta pista abajo, llegamos a la fuente-charca de La Guitarra, con su fenomenal área recreativa. Mientras dábamos una vuelta de reconocimiento, cuatro de los miembros de la expedición provocaron un motín, en el que ponían de condición el irnos inmediatamente al paseo de Siles para tomar unas cervezas fresquitas. El resto del grupo que deseaba buscar un lugar para darse un remojón, lejos de enfrentarse a ellos, se unió a sus pretensiones y todos juntos partimos hacia el bar Mezquita de Siles.
Después, siguiendo con el camino de regreso, fuimos al área recreativa de la Peña del Olivar, en la que disfrutamos de un relajante baño, tras el cual comimos con muy buen apetito.
En definitiva un completo y aprovechado día, en el que destacamos que para los doce miembros de la expedición todo lo recorrido fue una primicia, que no cesó en cada momento, de sorprendernos por su belleza y encanto.
Desde Villaverde de Guadalimar, decidimos conocer el agreste Arroyo del Tejo, para nosotros verdadero y espectacular nacimiento del Guadalimar, que nace entre las altas cumbres de La Sarga y El Padrón, para lo que subimos con los coches por una pista que va al lado del arroyo, hasta llegar al Cortijo del Tejo, desde dónde comenzamos la ruta a pie.
Subimos por la pista hasta que nos cruzamos con el Arroyo del Tejo, ascendiendo por el hasta que vimos sus primeras aguas, a unos 1.400 m de altura, que no esta mal para ser primero de septiembre, aunque en época de lluvias sus primeras aguas corren a más de 1.600 m sobre el nivel del mar.
Volvimos a la pista y tras admirar un casi milenario Tejo que hay junto al camino, llegamos a las espectaculares formaciones pétreas llamada de Los Picarazos o de Los Frailes. Aprovechamos para tomar el bocadillo, disfrutando de unas inmensas vistas por doquier.
A continuación y con el objeto de hacer la ruta circular, fuimos por entre enredadas trochas (por cierto muy sucias, con cantidad de restos de madera seca) en busca del Arroyo del Tejo de nuevo, llegando a una zona con una cascada espectacular. La cruzamos y por una delimitada senda llegamos de nuevo al cortijo del Tejo, dónde tras refrescarnos en su agradable fuente cogimos de nuevo los vehículos.
Bajamos unos 600 por la pista hasta la indicación que a la izquierda nos marca el lugar en el que los bandoleros sevillanos Pernales y Niño del Arahal fueron abatidos. Tras penetrar por la pista unos cientos de metros dejamos los coches y seguimos por la senda para ver el lugar, en el que una cruz y un panel explican los últimos momentos de la vida de estas malogradas personas.
De vuelta pista abajo, llegamos a la fuente-charca de La Guitarra, con su fenomenal área recreativa. Mientras dábamos una vuelta de reconocimiento, cuatro de los miembros de la expedición provocaron un motín, en el que ponían de condición el irnos inmediatamente al paseo de Siles para tomar unas cervezas fresquitas. El resto del grupo que deseaba buscar un lugar para darse un remojón, lejos de enfrentarse a ellos, se unió a sus pretensiones y todos juntos partimos hacia el bar Mezquita de Siles.
Después, siguiendo con el camino de regreso, fuimos al área recreativa de la Peña del Olivar, en la que disfrutamos de un relajante baño, tras el cual comimos con muy buen apetito.
En definitiva un completo y aprovechado día, en el que destacamos que para los doce miembros de la expedición todo lo recorrido fue una primicia, que no cesó en cada momento, de sorprendernos por su belleza y encanto.
DOMINGO 1 DE SEPTIEMBRE DE 2013.
Al llegar al lugar en el que dejamos los coches, al lado del Cortijo Nuevo del Tejo, este magnífico pollo de perdiz nos da la bienvenida. Hemos subido por la pista que va al lado del Arroyo del Tejo unos 5 km desde Villaverde de Guadalimar.
Iniciamos la ruta asomándonos al parapeto natural que hay por detrás del Cortijo Nuevo del Tejo, para divisar el valle por dónde transcurre el arroyo, a la vez que las brumas matinales se elevan, con el Calar del Mundo perfilando el horizonte.
Muy cerca nos encontramos los restos del Cortijo Viejo del Tejo, que fue el último en el que los bandoleros sevillanos Pernales y Niño del Arahal estuvieron.
Se aprecia la pista por la que vamos a ascender.
Con el valle del nacimiento del Guadalimar o Arroyo del Tejo de fondo y Chaparro como testigo, tenemos a bien en presentaos a dos de los tres invitados del día. Son Antonio con gafas y a su derecha José.
Once de los doce miembros de la expedición en esta charca que recoge las aguas del Arroyo Pajares antes de entregarlas al Guadalimar.
Córvido Carcávico y el valle que desde Villaverde de Guadalimar, que aparece abajo hemos subido, primero en coche hasta el cortijo y ahora a pie.
La pendiente de la subida hace que parte del grupo se tome un respiro, lo que da lugar a que el pelotón se estire.
Cuando siguiendo la pista hemos llegado al Arroyo del Tejo, hemos subido por el unos doscientos metros hasta encontrarlo seco.
Por lo tanto las aguas que veis, son hoy las más altas del Río Guadalimar. Estamos a primero de septiembre y cercanos a los 1.400 m de altura, lo que no está nada mal.
Retomando la pista nos encontramos a su izquierda este rey del valle, que le da nombre. Se trata de un longevo ejemplar de Tejo casi milenario. Es de agradecer el muro y contrafuerte, que la mano del hombre ha creado para sujetar el terreno y que hace que nuestro amigo siga cumpliendo años.
Por el último tramo de pista que recorrimos con Águila Real tirando del grupo.
Al llegar a los Picarazos el grupo busca la cima de parecida manera como cuando las nubes buscan los altos peñascos. Quizás estemos hechos de nubes.
Siluro es requerido por el fotógrafo, que ya hacia que lo echaba de menos.
Al fondo a la derecha del monte Padrón, se nos aparece como requeriendo nuestra atención el pico Almenara (1.796 m) verdadero corazón de la Sierra de Alcaraz y su máxima altura.
Siluro de nuevo entre estas raras rocas.
En el centro entre el Calar del Mundo y la Sierra de Alcaraz, vemos como las brumas se levantan sobre el húmedo valle de Riópar.
Halcón Peregrino desde Los Picarazos lanza su vertiginosa mirada hacia estas inmensas vistas, destacando El Cambrón (1.551 m), a la derecha del valle del Guadalimar y a la izquierda la Sierra de Segura con el vigilante Yelmo en el centro.
El gran León Marino no ha querido perderse esta obligada foto de la zona.
Desde Los Picarazos, el CD SENDERISTA "LOS ESCUDEROS" DE RUS, saluda al mundo, con mención especial a todas las personas que luchan sin violencia por la paz.
Estos doce apóstoles de la paz, vistos desde la izquierda son: Cuco, Águila Real, Jabalí, Halcón Peregrino, León Marino, Gran Muflón, Drago, Insecto Palo, Córvido Carcávico, Siluro, Juan y Chaparro.
Nos estamos empapando agusto de la zona, las caprichosas formaciones rocosas llaman nuestra atención.
Este es el cañon con el que queremos disparar al mundo, una vez hemos recogido las telúricas fuerzas de sosiego y de paz que estas rocas nos transmiten.
Un cañon en cuya boca crecen árboles, como este que va disparado a la vida.
Los Picarazos un asombroso lugar para divisar, meditar y relajarse. En su pico más alto llega a (1.469 m).
Jabalí que siempre está de buen humor, aquí aparece exultante.
La sonrisa de Córvido Carcávico está entre la satisfacción de lo recorrido y de la incertidumbre que nos espera.
Dejando Los Picarazos, nos dirigimos ahora trocheando en dirección Sureste en busca del Arroyo del Tejo.
Hacia el Sur vemos en el centro el tupido Pico del Cerrón (1.243 m).
Cada vez nos encontramos el monte más sucio, lo que supone una gran fatalidad en caso de incendio. Antes, los habitantes de los cortijos que hoy vemos abandonados, con su ganado y animales de carga conseguían tenerlo mucho más límpio.
La espesa y salvaje vegetación ribereña nos da la bienvenida al llegar al sinuoso Arroyo del Tejo.
Para la época del año que estamos es sorprendente la cantidad de agua que lleva, provocando estas preciosas cascadas.
Drago y León Marino, no se imaginaban ni por asomo que las primeras aguas de nuestro Guadalimar, fueran por un lugar tan salvajemente bonito e inaccesible.
En primer término José se confunde con el paisaje ribereño como si de un insecto-palo se tratara.
Sus cristalinas aguas contrastan con el colorado color que tomará más abajo por el arrastre de sedimentos.
Halcón Peregrino nos saluda desde la gran cascada o mejor dicho alargado rápido.
Los componentes del grupo pretenden pasar al otro lado, intentando esquivar las molestas zarzas.
Juan, Gran Muflón y Chaparro lo hacen plácidamente por esta zona.
Que gran lugar para disfrutar de los tres elementos mágicos de la naturaleza: AGUA, PIEDRA Y SOL.
La bahía del bosque baja
al ritmo de arroyos de montaña...
Si quieres la fuente encontrar,
tienes que ir arriba, contra la corriente.
Empéñate, busca, no cedas,
sabes que ella tiene que estar aquí–.
¿Dónde estás, fuente? ¡¿Dónde estás fuente?!
El silencio...
¡Arroyo, arroyo de bosque,
déjame ver el misterio
de tu principio!
(El silencio –¿por qué callas?
Con qué esmero has escondido el misterio de tu principio.)
Déjame mojar los labios
en el agua de la fuente,
sentir la frescura,
la frescura vivificante
Karol Wojtyła (Juan
Pablo II)
Halcón Peregrino se encuentra algo alicortado buscando un paso por este frondoso y cerrado tramo.
Al cruzar el arroyo hemos cogido esta delimitada senda que en breve nos sube hasta el lugar de partida el Cortijo Nuevo del Tejo,
José y Drago sempiternos amigos que siempre caminarán juntos.
Arriba vemos a los padres de nuestro río Guadalimar, las altas cumbres peladas que perfilan el horizonte, en el centro el Pico de la Sarga (1.769 m) y a su derecha el Monte Padrón (1.752 m). Entre los dos aparecen en épocas de lluvias las primeras aguas del Arroyo del Tejo a más de 1600 m de altura. A la izquierda se aprecia parte de los Picarazos.
De nuevo vemos como Gran Muflón y Jabalí, (senderistas de gran peso dentro del grupo), siempre nos transmiten la felicidad que rebosan cuando están juntos. Sobre ellos al fondo el arbolado Cerro del Picayo (1.524 m)
Antonio y Córvido Carcávico viejos amigos, que no es la primera vez que caminan juntos, con el Cortijo Viejo del Tejo a sus espaldas.
Chaparro bebe agua en esta fuente que está junto al cortijo nuevo, a la sombra de una magnífica higuera.
Muy posiblemente de esta misma fuente beberían sus últimos tragos los dos bandoleros de los que seguidamente nos vamos a ocupar.
Vistas desde el cortijo al este, con el Cerro de La Sepultura (1.316 m) en en centro. Por aquí dieron los últimos pasos los dos bandoleros.
Vistas al norte con los tupidos cerros del Picayo y la dehesa de la Solana de Riópar a su derecha.
El lugar en el que fueron abatidos está muy bien indicado. Primero bajamos desde el cortijo unos cientos de metros por la pista y a la izquierda ya aparece la primera indicación, dejando los coches en este anchurón, para continuar a pie.
Esta era la senda, que por aquella época unía las poblaciones de Villaverde de Guadalimar y Riópar.
Y aquí, poco antes de coronar el puerto, en esta zona llamada de Las Morricas, acabaron sus vidas y comenzó la leyenda.
El Pernales
(1879- 1907)
Francisco Ríos González, más conocido como “El Pernales”, nació en Estepa (Sevilla) el 23 de julio de 1879. Fue pastor en su infancia pero pronto se hizo bandolero, destacándose por su violencia y dureza. De ahí el apodo que le pusieron los andaluces, que es la contracción de la palabra “pedernales”.
No recibió educación alguna y se dedicó con su padre al oficio de cabrero. Fue precisamente con éste con el que cometió sus primeros robos. En uno de ellos la Guardia Civil les sorprendió y el Sargento Padilla de un culatazo con su fusil mató al progenitor. El muchacho emprendió decidido el camino de la delincuencia, uniéndose a la partida de su tío "El Sorniche", de quien se contaba que era su verdadero padre, y a quien no tardaría en superar en fama.
Las primeras actuaciones de esta banda eran realmente crueles. Se dice que su primer delito a mando de este grupo consistió en asaltar el cortijo de Cazalla, en el que robaron a su propietario y los tres miembros violaron a su esposa.
Desarrollo su actividad en las campiñas de Córdoba y Sevilla, con numerosos secuestros y robos.
Desarrollo su actividad en las campiñas de Córdoba y Sevilla, con numerosos secuestros y robos.
A pesar de todos sus antecedentes delictivos se casó por la Iglesia con María de las Nieves Caballero en 1901, con la que tuvo dos hijas. Pero “la cabra tira al monte” y “el Pernales” continuó robando. Al llegar a casa maltrataba a las mujeres cruelmente. Su mujer, harta de sus malos tratos, le abandonó con sus hijas. Francisco se queda sólo y su única familia sería su banda.
Pero a pesar de ese oscuro pasado también fue considerado como un bandido generoso. Sirva como muestra esta anécdota: "El 22 de marzo de 1907 se metió, buscando refugio, en un cuarto habitado por una vieja; ésta, ignorando de quien se trataba, se puso a contarle sus penas: la iba a expulsar su propietario, a quien debía la suma de 300 pesetas. Sin decir una palabra Pernales salió, montó en su caballo, y se fue derecho a donde vivía el dueño, a quien, por la violencia, obligó a entregar 300 pesetas. Después volvió a casa de la pobre mujer, y le dio el dinero, diciendo simplemente: - tome para pagar su deuda.
En una ocasión mató para ajustar cuentas. Este es el caso del asesinato del “Macareno”, encargado del cortijo de Hoyos (La Roda), el cual había intentado envenenar a los miembros de su banda preparándoles un arroz con arsénico. Murieron su tío y el compañero "el Chorizo y el Sorniche" (de quien se decía que era el auténtico padre del Pernales). Él logró salvarse y, recuperado, regresó para matar al tabernero acuchillándole lentamente hasta que se desangró. Después le entregó muerto a la Guardia Civil en espera de recompensa. Pernales no tenía piedad con quien le traicionaba.
Pero a pesar de ese oscuro pasado también fue considerado como un bandido generoso. Sirva como muestra esta anécdota: "El 22 de marzo de 1907 se metió, buscando refugio, en un cuarto habitado por una vieja; ésta, ignorando de quien se trataba, se puso a contarle sus penas: la iba a expulsar su propietario, a quien debía la suma de 300 pesetas. Sin decir una palabra Pernales salió, montó en su caballo, y se fue derecho a donde vivía el dueño, a quien, por la violencia, obligó a entregar 300 pesetas. Después volvió a casa de la pobre mujer, y le dio el dinero, diciendo simplemente: - tome para pagar su deuda.
En una ocasión mató para ajustar cuentas. Este es el caso del asesinato del “Macareno”, encargado del cortijo de Hoyos (La Roda), el cual había intentado envenenar a los miembros de su banda preparándoles un arroz con arsénico. Murieron su tío y el compañero "el Chorizo y el Sorniche" (de quien se decía que era el auténtico padre del Pernales). Él logró salvarse y, recuperado, regresó para matar al tabernero acuchillándole lentamente hasta que se desangró. Después le entregó muerto a la Guardia Civil en espera de recompensa. Pernales no tenía piedad con quien le traicionaba.
El último bandolero popular fue Francisco Ríos, “el Pernales”, distinguido como caballista. Actuó éste ya en el siglo XX... Brujas, echadoras de cartas, damas enamoradas de la apostura del bandolero (una condesa), raptos y desafíos, rasgos de generosidad increíble, nada falta en la vida de Francisco Ríos para hacerle émulo de los bandoleros más románticos, según su historia. Poco después de haber hecho las paces con su novia murió acribillado a balazos en tierras de Alcaraz, con “el Niño del Arahal”.
Francisco Ríos González es un bandido que roba, mata, trata mal a su familia, viola cualquier tipo de norma justa o injusta y es, en fin, según las investigaciones, llamemos de tipo histórico, un ser despreciable. Pero el Pernales (no digo Francisco Ríos) es otra cosa; el Pernales es un mito, una leyenda que el pueblo forja por una necesidad de tener héroes, alguien que lo redima de la injusticia, que le quite a los ricos para socorrer a los pobres. El Pernales es un héroe creado por el pueblo.
Es la continuación del héroe popular José María “el Tempranillo”, Diego Corrientes, Luis Candelas. Puede que el Pernales fuera un hombre de mala calaña, de inteligencia rudimentaria, poco agraciado físicamente. Pero eso es lo que menos importa.
Importan las acciones generosas, arriesgadas, valientes. Importa mucho más el mito que el personaje histórico que pudo ser. Quizá detrás de ese héroe popular se encierre toda una problemática social de la época, problemática económica, cultural e incluso filosófica: la filosofía de la pobreza y la riqueza.
El hambre, la miseria y los encuentros con la Guardia Civil, son constantes. De la banda del Pernales fueron Pedro Ceballos “el Pepino”, Antonio Mata “el Reverte”, Antonio Martín “El Niño de la Gloria” y “el Niño del Arahal”,
Su fama se extendió no sólo por Andalucía sino llegó hasta Madrid. Intentó huir a América con su nueva amante con la que tuvo una hija, pero no lo consiguió.
Durante años la Guardia Civil le acosó continuamente hasta que el trágico 31 de agosto de 1907, cuando contaba 28 años, fue sorprendido por el Teniente Haro y sus hombres mientras comía en un olivar de las Lomas de Villaverde, en la Sierra de Alcaraz, situada en las laderas del pico del Padroncillo, también llamado “Pernales” en memoria del bandolero con un compañero de su partida. Tras un tiroteo entre ambas partes los dos bandidos cayeron muertos.
Sobre su muerte se escribieron numerosos romances. He aquí algunos de ellos:
“El ladrón de Andalucía. El que a los ricos robaba y a los pobres socorría. Lo mataron ahí, en el sitio que llaman “las Morricas”. Ese era un mal bicho. La Guardia Civil, tomando las señas del leñador. Toma un cigarro y un duro, del Pernales, que soy yo...
Pobrecico del Pernales, donde ha venío a morir. A la Sierra de Alcaraz, y por la Guardia Civil...”
Antidio Molina: “El treinta y uno de agosto de mil novecientos siete, en la Sierra de Alcaraz le montan un gran piquete. En la provincia Albacete, en la Sierra de Alcaraz, donde matan a “Pernales” también al “Ñiño del Arahal”. Cruzaban la cordillera, la Sierra el Guadalimar, para marchar a Valencia y a América a embarcar. “Pernales” iba delante, primero al suelo cayó y le contesta el “Arahal” la culpa es del pastor.
José García Lanciano escribiría también: “... a los muy pocos momentos Pernales al suelo caía, los cadáveres en un carro a Bienservida los conducían. El pueblo entero lloraba con mucha pena y dolor, de ver a los dos bandidos cruzados en un serón. Y por toda la sierra de oído a oído, de boca en boca, corría este cantar: Ya mataron al Pernales ladrón de Andalucía, que a los ricos los robaba y a los pobres socorría”.
Tanto el Pernales como este ultimo fueron muertos por la Guardia Civil en la Sierra de Alcaraz (concretamente en la localidad albaceteña de Villaverde de Guadalimar), en su huida hacia Valencia para emigrar a América, ambos bandoleros se encuentran enterrados en el cementerio de la vecina localidad de Alcaraz y como cosa llamativa os puedo decir que nunca faltan flores en sus tumbas.
Aquí nuestro tercer invitado del día Juan, al que le debe atraer la historia del bandolerismo, ya que también nos acompañó a la Pandera.
Con total respeto, nos hizo una genial representación de como el Niño del Arahal fue alcanzado en el corazón, por un disparo que acabó con su vida.
Quizás esta fue la última imagen que vieron los dos bandoleros, según dicen los últimos.
De vuelta a los coches de nuevo. Al fondo La Sarga y El Padrón.
Y llegamos a la Fuente de la Guitarra, por la que ya pasamos esta mañana.
Pero Antonio, cuando vea la foto tu mujer te vas a enterar. En su primera aparición, Antonio hace alarde de un equilibrio fuera de lo normal. Con destreza como la suya, estamos pensando en abrir una sección de gimnasia artística, dónde quizás en barra tengamos alguna posibilidad de medalla para RÍO-2016.
Los demás contagiados también quieren probar.
Nuestro fotógrafo desde el tronco hizo esta genial foto del Arroyo del Tejo en esta zona recreativa que un poco más abajo le vamos a mostrar seguidamente.
León Marino está deseando bañarse, pero un motín que más tarde explicaremos lo va a impedir por ahora.
Halcón Peregrino y Chaparro se refrescan en esta fuente con sus tornajos.
Esta Área Recreativa del Arroyo del Tejo es un lugar idóneo para pasar un día con la familia.
Nuestro actor Juan parece como si estuviera ya preparando su nueva obra de teatro.
Recuerdo de nuestro paso por la preciosa localidad albaceteña de Villaverde de Guadalimar.
En esta zona sin desmerecerla, es dónde nos quieren colocar el nacimiento del Río Colorao, nuestro Guadalimar, pero para nosotros está entre las imponentes cumbres de La Sarga y El Padrón.
. La antigua denominación de villaverde de Guadalimar era la de Villaverde de Anbas Aguas, por ser los dos ríos que se unen en la localidad (el Arroyo del tejo y el de la Vaqueriza), uno de agua dulce y el otro de agua salada. También se dice que antes se llamó El Pozo, por estar en un valle rodeada de montes casi en su totalidad.
. La antigua denominación de villaverde de Guadalimar era la de Villaverde de Anbas Aguas, por ser los dos ríos que se unen en la localidad (el Arroyo del tejo y el de la Vaqueriza), uno de agua dulce y el otro de agua salada. También se dice que antes se llamó El Pozo, por estar en un valle rodeada de montes casi en su totalidad.
Ya antes de visitar la Cruz del Pernales comenzó a fraguarse un organizado motín por cuatro de nuestros expedicionarios (Son los cuatro que siguen a León Marino que está acariciando el gato, Gran Muflón, Jabalí, Siluro y Drago).
Mientras nuestro guía pretendía que nos diéramos un remojón en las cascadas del Área Recreativa, ellos se dedicaron a convencer al resto del grupo para mojarse (pero por dentro) en este relajante paseo de Siles.
Pero nuestro guía con sabiduría salomónica, viendo su causa perdida, les propuso un trato sobre la marcha, que era tomar las cervezas, pero tras ellas iríamos a la cercana Área Recreativa de la Peña del Olivar para comer y bañarnos.
La armonía volvió de nuevo al grupo y hasta vimos el carrerón de MOTOS GP con una gran victoria de Lorenzo, sobre Marquez y Pedrosa.
Mientras nuestro guía pretendía que nos diéramos un remojón en las cascadas del Área Recreativa, ellos se dedicaron a convencer al resto del grupo para mojarse (pero por dentro) en este relajante paseo de Siles.
Pero nuestro guía con sabiduría salomónica, viendo su causa perdida, les propuso un trato sobre la marcha, que era tomar las cervezas, pero tras ellas iríamos a la cercana Área Recreativa de la Peña del Olivar para comer y bañarnos.
La armonía volvió de nuevo al grupo y hasta vimos el carrerón de MOTOS GP con una gran victoria de Lorenzo, sobre Marquez y Pedrosa.
Río-2016 se acerca y no podemos bajar la guardía, por lo que nuestro entrenador de saltos de distintas alturas, Chaparro, convoca rápidamente este complicado entrenamiento.
El agua estaba deliciosamente fresca. Córvido Carcávico al que todos ven como el sucesor de David Meca, se prepara para hacerse unos largos, ya que hoy nos hemos encontrado este paraje de la Peña del Olivar casi sin gente.
Halcón Peregrino sigue perfeccionando la entrada al agua, ya que aún despega un poco las piernas.
Chaparro viendo el riesgo en el que se encuentra el puente manda saltar, pero los tremendos Jabalí y Gran Muflón, siguen amotinados. Aquí se observa como han engañado a Halcón Peregrino que se encuentra entrando al agua tras el salto.
De nuevo hacen el amago engañando esta vez a sus otros dos compañeros de saltos. Pensamos que ha sido mejor que los amotinados no se lanzaran, ya que posiblemente hubieran provocado un tsunami con imprevisibles consecuencias aguas abajo para la presa de Guadalmena, por no decir que podrían haber mandado las aguas del arroyo hacia arriba transpasándolas al río Tús.
Mientras Juan, que dice estar adscrito a otra federación, sigue perfeccionando su estilo.
Siluro, Antonio y José han decidido no bañarse. Aquí los vemos relajados junto al idílico Arroyo de Las Anchuricas.
Lugar en el que comimos. Chaparro tras tanta indisciplina decide terminar el entrenamiento y se dedica a hidratarse, tras haberse fortalecido como sólo el acostumbra.
Un cuidado lugar para disfrutar.
Buen puente, parece haber quedado intacto ante tanta actividad. Hasta la próxima.
Longitud del trazado: 10 Km.
Duración: 4 horas y 30 minutos.
Grado de Dificultad: Media Baja.
Agua: Llevar.
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