El sector más joven del CD SENDERISTA "LOS ESCUDEROS" os saluda junto a la gran cascada del maravilloso Arroyo de Guazalamanco. La mayoría de ellos ya hacía que no nos acompañaban, ha hecho falta motivarlos con esta refrescante ruta para engancharlos de nuevo.
Hemos querido comenzar nuestra temporada veraniega de rutas acuáticas, rindiendo homenaje a este excepcional Arroyo del Guazalamanco. La ruta la comenzamos tras dejar los vehículos en un anchurón que encontramos a pocos metros de pasar el puente del Arroyo de la Venta, según venimos desde Pozo Alcón, al lado del pantano de La Bolera.
Desde el mismo anchurón sale una pista que tomamos y que nos irá ascendiendo a la derecha del Arroyo de la Venta. La pendiente hasta llegar al Collado de Los Helechos es bantante pronunciada, desde aquí giramos a la derecha para llegar cerca de la cima del Picón de Hernández, desde dónde se ofrecen extensas vistas, destacando el Valle del Guadalentín. Al tenerlo muy cerca coronamos seguidamente la cima de La Peña.
A continuación y retomando de nuevo la pista por la que veníamos subiendo, llegamos a las ruinas de Prado Arredondo, dónde almorzamos. Tras una breve bajada nos encontramos con nuestro principal objetivo el Arroyo de Guazalamanco.
Tras cambiarnos de indumentaria, nos introducimos en la primera poza que encontramos arriba del pequeño puente por el que cruza el arroyo la pista. Durante más de 3 km fuimos bajando casi siempre por dentro del agua cristalina, hasta llegar cerca del gran puente ya cercano a su desembocadura en el pantano. Disfrutamos de la terapéutica combinación de frescas aguas, junto al sol y la piedra, una auténtica delicia.
Para finalizar y llegar al sitio de origen fuimos por la pista que va al lado del pantano, entre un inmenso y llano chaparral, dejando a nuestra izquierda el Centro de Formación El Hornico.
En el camino de regreso decidimos (tras hacer una esporádica visita al jardín botánico que hay junto a la Casa Forestal del Hornico), volver por la sinuosa carretera de Tíscar, con visita obligada a la Cueva del Agua, que se encuentra muy bien acondicionada para poder admirarla.
DOMINGO 30 DE JUNIO DE 2013.
Junto a esta explanada dejamos los vehículos. El grupo se prepara para tomar por la pista que se aprecia en en centro.
La pista nos sube a la derecha del Arroyo de la Venta, dejando el Puente de la Sabina a la izquierda.
Hoy nos acompaña como invitado, nuestro paisano y buen amigo Puma, que aparece junto a Córvido Carcávico, con el Valle del Arroyo la Venta, o Barranco de las Sabinas de fondo.
Mientras Gran Muflón sonríe a pesar de la empinada subida, a Jabalí lo vemos con menos felicidad que otras veces. Arriba aparecen soleados los Picones del Molinillo (1.383 m).
Casi culminada la subida, paramos para reagruparnos. Aquí estamos los 16 miembros del CD SENDERISTA LOS ESCUDEROS, que hicimos esta ruta y que desde la izquierda son: Córvido Carcávico, Puma, Oso, Calígine, Siluro, Jabalí, Chotillo, Águila Real, Gran Muflón, Ardilla, Gypaetus, Trucha, Chaparro, Lagarto, Cóndor y Lince.
En la fase final de la subida, les presentamos a este mordaz y consistente tridente, Águila Real, Gypaetus y Gran Muflón. Los tres cuentan con enormes posibilidades de ser elegidos con la honorífica mención de "ESCUDERO DEL TRIMESTRE".
La llegada a este Collado de los Helechos, nos anuncia que lo más duro de la ruta ya es historia.
Estos des pájaros como son Cóndor y Córvido Carcávico, por su amistad han decidido caminar juntos. De fondo el Embalse de La Bolera y el Pícón de Hernández.
Desde el Collado de los Helechos, dado lo fácil que resultaba decidimos acercarnos primero al Picón de Hernández y desde aquí muy cercanos a su cima estuvimos admirando sus vistas.
De fondo, a la izquierda se alza el Cabañas (2.026m) situado en uno de los extremos de una de las cuerdas más larga del Parque extendiéndose hacia la derecha hasta el inmenso Calar de Juana.
Esta sección del club se lo está pasando en grande, como este sensacional Valle del Guadalentín que se ve al fondo y que casi siempre estábamos acostumbrados a contemplar desde la zona de Poyo Manquillo al lado de la Nava de San Pedro.
El aventurero Ardilla desde la cima de La Peña (1.443m) a la que por su proximidad también accedimos. Abajo se perfila el Valle del Guazalamanco.
Este machote Picón de Hernández (1.491 m) que vemos a la derecha se apareó en el collado con la Morra de Los Helechos, alumbrando a sus hijos La Peña y el Picón de los Hoyazos, formando una perfecta familia entre los arroyos de la Venta y Guazalamanco.
Retomando de nuevo el camino que llevábamos en la ascensión llegamos a las ruinas de la Casa Forestal de Prado Arredondo, dónde Jabalí y Gran Muflón que comen más que una pupa viva, se disponen a dar cuenta de unas cuantas rodajas que más bien parecen suelas.
Bajando de Prado Arredondo al Guazalamanco.
Valle del Arroyo Guazalamanco, entre el Picón del Molinillo (1.315m) a la izquierda y el Picón de los Hoyazos (1.381m) a la derecha.
Y en este puente tomamos contacto con el agua del Guazalamanco. Comienza la fase acuática de esta ruta anfibia.
Como esperábamos lo hemos encontrado pero que muy bien de agua. Aquí cerca de la Cerrá de la Nava que es dónde nace el caudal es considerable.
Lagarto que reaparece tras una larga ausencia se prepara.
Al agua pato. Los serranos y esculturales cuerpos de los miembros del club, ajenos a los anabolizantes y al cruel esculturismo, no han podido escoger una mejor cascada y poza para refrescarse.
Como lo natural no hay nada, por lo que el CD LOS ESCUDEROS se declara enemigo de los rayos uva.
No obstante y por la tradición textil del pueblo de Rus, estamos totalmente comprometidos con el diseño. Les presentamos en rigurosa primicia las nuevas tendencias de bañadores para la temporada 2014, para que ustedes puedan tener una idea de por dónde van los tiros.
En el centro aparece nuestro modelo Giorgio "Gran Muflón" con el revolucionario e innovador modelo "halterofilia". Continuando a su izquierda Aldo "Cóndor", luce un informal modelo que resalta el muslo de una de sus piernas, realmente futurista. A su lado el joven Fabrizzio "Ardilla" nos ofrece un modelo considerado de alta costura, dada la combinación de tejidos de diferentes colores, este va a salir un poco más caro.
A la derecha vemos al veterano Lucciano "Chaparro" con un prototipo algo más clásico. A su lado el sonriente Carlo "Chotillo" nos muestra este holgado ejemplar, basado en el deporte del boxeo.
Con gente tan emprendedora seguro que saldremos de la dependencia al monocultivo del olivo.
Nuestros veteranos Águila Real y Córvido Carcávico, llevan los valores del olimpismo en la sangre. Ellos creen que aún pueden llegar a ser olímpicos. Aquí los vemos ensayando unos difíciles movimientos de natación sincronizada por parejas. ¡¡¡Que destreza mamma mía¡¡¡
Tras las espectaculares exhibiciones nos lanzamos a tumba abierta arroyo abajo. Al principio los pasos por el agua se presentaban algo complicados, pero la alternativa opción de sortearlos por una ribereña senda que transcurre paralela, evitó riesgos innecesarios.
Hoy Siluro se encuentra como pez en el agua. Pese a su poco tiempo como socio, el Club ya comienza a sentir, que se trata de un firme y solidario nuevo valor para el grupo.
La vida se abre camino de la forma más insospechada, como este árbol que lleva hermanado al arroyo multitud de temporadas, soportando sus crecidas y sequías.
Aquí pueden de nuevo admirar, mediante esta toma frontal, el futurista y revolucionario bañador que luce Aldo "Cóndor".
El ambiente es fenomenal y todos queremos más.
Que caro se hace de ver nuestro compañero Oso. Tras fallarle el despertador de la cueva en la que ha pasado todo el invierno y parte de la primavera, las altas temperaturas le han llevado de nuevo a salir y compartir ruta. Aquí lo vemos esperando la llegada del salmón.
Vertical tobogán.
Agua, piedra y sol, estos tres elementos, junto a la frescura que da la riqueza vegetal del Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas, forman una saludable terapía, ideal para reparar el cuerpo.
En esta soleada poza, nuestro fotógrafo capta el estético salto de nuestro compañero Águila Real, que al enterarse que la modalidad de Natación Sincronizada, sólo es olímpica en su categoría femenina, se ha pasado a los saltos de trampolín de casi dos metros.
Córvido Carcávico intenta reconvertirse en la modalidad de Larga Distancia, siguiendo los pasos del gran David Meca.
Ojos de agua de sombra,
Ojos de agua de pozo,
Ojos de agua de sueño.
El silencio y la soledad,
Como dos pequeños animales a quienes guía la luna,
Beben en esos ojos,
Beben en esas aguas.
Si abres los ojos,
Se abre la noche de puertas de musgo,
Se abre el reino secreto del agua
Que mana del centro de la noche.
Y si los cierras,
Un río, una corriente dulce y silenciosa,
Te inunda por dentro, avanza, te hace oscura:
La noche moja riberas en tu alma.
Octavio Paz.
En la derecha aparece el otro invitado del día, Lince, que seguro no tardará en comprometerse como socio, ya que estos cinco por su amistad forman una sólida sección dentro de nuestro grupo. Ardilla, Oso, Trucha y Lagarto, reapararecen tras una larga ausencia, pero lo hacen irrumpiendo con más fuerza si cabe. Uno para todos y todos para uno.
Ardilla y Lince tras la cortina de agua.
El curso del agua nos va llevando.
Aunque faltan algunos miembros que van por delante, aquí el grueso del grupo se reagrupa sin salir del agua.
Creemos que de nuevo hemos acertado en elegir este tipo de ruta en el día de hoy.
Nos habían hablado de la belleza de este fantástico Arroyo, ahora pensamos que la realidad una vez más supera la ficción.
Chaparro, Chotillo y Siluro, aunque ya empiezan a tener los pies un tanto arrugados, no ceden y continúan fundidos al arroyo.
El relevo como auténtico cinematográfico o chupacamaras está asegurado, Chotillo es consciente del hueco que la ausencia últimamente de Lucio ha provocado y está dispuesto a aprovecharlo.
Llevamos varios kilómetros de arroyo y aunque requiere un gran esfuerzo, aquí nadie se sale del tiesto.
Y por fin llegamos a la gran cascada del Guazalamanco.
Oso que continúa despertándose de su largo letargo, espera que salte algún salmónido.
Excepcional marco para que estos dos veteranos, como son Córvido Caracávico y Chaparro, puedan seguir engrosando los fuertes lazos que ya de por sí les unen.
Esta es La Cascada del Dique, que no es natural, ya que se ha formado aprovechando la construcción de una pequeña presa.
Según nos hemos informado, el origen de este largo nombre GUAZALAMANCO, creemos que se trata de una mezcla de raíz árabe "zalama" que significa sombrío, tenebroso y de unos textos del siglo XVII que nombran el arroyo como de Gonzalo Manco.
De todas formas discrepo sobre lo de oscuro, sombrío o tenebroso ya que si hay un arroyo de aguas claras es este.
"No quiero ser agua de estanque, quiero ser agua de arroyo claro" (Pepe Suero).
Ojalá nuestros políticos tomaran esta frase de este desconocido cantautor sevillano como norte.
"Y como en la vida, el arroyo tras una juventud agitada y llena de tropezones, llega al calmado remanso senil de la sabiduría"(Quinrri).
Y en este bucólico remanso, montamos nuestro carísimo restaurante.
Por esta pista con el Guazalamanco a la izquierda nos dirijimos en busca de los coches.
Este Arroyo desde su nacimiento en las altas laderas del Cabañas hasta su desembocadura en el Guadalentín, que ya se encuentra próxima es todo un deleite y una obra de arte de la naturaleza.
Llegando a una nueva pista.
Aquí vemos la pista que va hacia la Caseta Forestal de La Yedra, con un perfecto puente cruzando el arroyo. Nosotros vamos en dirección contraria.
Por encima de la otra vertiente del Pantano de la Bolera, se alza el cerro de Fuentesnuevas.
Caminando por la pista en un gran llano nos encontramos con el centro de Formación del Hornico.
Perspectiva desde el llano del Picón de Hernández, con el Picón de Los Hoyazos y el Picón del Molinillo a la derecha.
El estío es notorio en este precioso chaparral, dando idea del inmenso bosque mediterráneo autóctono que estos parajes fueron.
Camino ya de Pozo Alcón hicimos una breve visita a la Casa Forestal del Hornico. En esta foto se puede apreciar su jardín botánico.
De regreso por la antigua carretera del puerto de Tíscar, hicimos una obligada inclusión en la fresquísima cueva del Agua.
Entrando por este túnel.
Calígine que hoy se ha dejado ver poco, al lado de la semisubterránea cascada del río Tíscar.
El conocido sector anfibio de "LOS ESCUDEROS". Son como las ranas, durante largos periodos se encuentran desaparecidos, pero con la presencia del agua vuelven.
En la enorme bóveda de la Cueva del Agua, con la imagen de la Virgen de Tíscar en una natural hornacina.
Longitud del trazado: 14 Km.
Duración: 7 horas.
Grado de Dificultad: Media Alta.
Agua: Llevar.
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