CIRCULAR, HONDACABRAS, ARROYO Y COLLADO DE LA VÍBORA, CERRO MONTEAGUDO, CERRO DE ENMEDIO, CERRO DE LA SILLITA.
Desde la ladera Sur del Cerro Monteagudo con el Almadén al fondo estos doce miembros del CD Senderista "Los Escuderos" de Rus, tenemos el gusto de ofrecerle esta luminosa ruta.
Comenzando por la izquierda estos son: Macho Cabrío, José, Águila Real, Paco, Laricio (agachado), Córvido Carcávico, Alcatraz, Lucio, Calígine, Chotillo, Gran Muflón y Luis.
Sorprendente y satisfactoria ruta con la que en esta ocasión nos hemos encontrado.
SINOPSIS DE LA RUTA.-
Salimos en dirección Sur sobre las 8'18 h de la zona de acampada de Hondacabras, (situada a unos dos km al Sur del bonito pueblo de Torres), por la estupenda pista que da la vuelta a este abrigado y fértil valle que en torno al río de Torres y sus afluentes tuvimos siempre a la vista. Nada más salir fuimos llaneando con el Arroyo de la Víbora a nuestra derecha. Al kilómetro y medio del inicio tomamos a la izquierda por una marcada y ascendente senda, por la que comenzamos a pisar la nieve polvo que encontramos y que era nuestro principal objetivo.
Subiendo siempre al lado del arroyo de La Víbora, la temperatura por ser zona de umbría era bastante baja. A poco llegamos a un cruce de sendas, tomamos a la izquierda, pero al ver que rápidamente subíamos y que suponía hacer muy corta la ruta, y observando que nos alejábamos de la zona más nevada de la pared norte del Cerro Cárceles, decidimos dar la vuelta y volver al cruce para tomar a la derecha por la preciosa senda que sube hasta cerca del puerto de la Mata y al Cerro Ponce. Nosotros fuimos un poco más allá de la Fuente de La Marrana.
Volvimos unos cientos de metros por el mismo lugar y trocheando encaramos la subida hacia el collado de la Víbora. Tras emborracharnos de fotos fuimos decididos hacia el Monteagudo, parando a desayunar en su cara Sur, justo cuando encontramos los primeros rayos de sol que hasta entonces nos era ocultado por la elevada cuerda que conforman el Ponce y Cárceles entre otros. Eran las 10'55 h.
En la ascensión final al Monteagudo se nos fueron abriendo unas vistas de las que no tenemos palabras para describirla por lo que hemos tratado de mostrarlas con numerosas fotos que cubren una panorámica de 360º espectaculares.
Ante la abundancia de nieve por el paso más natural del Monteagudo al Cerro de Enmedio que es bajando recto, decidimos descender un poco para bordearlo por su ladera Oeste. Este fue el único momento algo más complicado pero sin riesgo alguno con el que nos topamos y que con paciencia y precaución superamos para ya deleitarnos en la bajada primero hacia el Cerro de Enmedio y después al de la Sillita.
Del Cerro de la Sillita, para finalizar, bajamos por un precioso bosque de pinos laricios, zigazagueando entre pistas, trochas y sendas por la zona llamada de Las Panderas, hasta dar con la pista poco antes de llegar a Hondacabras, dónde pusimos el punto final a esta sensacional y bellísima ruta. Eran las 14'40 h
El colofón lo pusimos en un bar de Torres degustando entre otras su famosa tapa de betú.
En resumen, decir que pocas veces hemos disfrutado unos paisajes tan espléndidos sin la necesidad de subir a las altas cumbres que nos parapetaban hacia el Sur. Nos vamos encantados y con la idea en la mente de nuevos proyectos por esos barrancos que tuvimos la ocasión de divisar, como el del Arroyo de La Eruela entre otros.
Sin más dilación pasamos a ofrecerle la ruta. Que la disfruten.
Volvimos unos cientos de metros por el mismo lugar y trocheando encaramos la subida hacia el collado de la Víbora. Tras emborracharnos de fotos fuimos decididos hacia el Monteagudo, parando a desayunar en su cara Sur, justo cuando encontramos los primeros rayos de sol que hasta entonces nos era ocultado por la elevada cuerda que conforman el Ponce y Cárceles entre otros. Eran las 10'55 h.
En la ascensión final al Monteagudo se nos fueron abriendo unas vistas de las que no tenemos palabras para describirla por lo que hemos tratado de mostrarlas con numerosas fotos que cubren una panorámica de 360º espectaculares.
Ante la abundancia de nieve por el paso más natural del Monteagudo al Cerro de Enmedio que es bajando recto, decidimos descender un poco para bordearlo por su ladera Oeste. Este fue el único momento algo más complicado pero sin riesgo alguno con el que nos topamos y que con paciencia y precaución superamos para ya deleitarnos en la bajada primero hacia el Cerro de Enmedio y después al de la Sillita.
Del Cerro de la Sillita, para finalizar, bajamos por un precioso bosque de pinos laricios, zigazagueando entre pistas, trochas y sendas por la zona llamada de Las Panderas, hasta dar con la pista poco antes de llegar a Hondacabras, dónde pusimos el punto final a esta sensacional y bellísima ruta. Eran las 14'40 h
El colofón lo pusimos en un bar de Torres degustando entre otras su famosa tapa de betú.
En resumen, decir que pocas veces hemos disfrutado unos paisajes tan espléndidos sin la necesidad de subir a las altas cumbres que nos parapetaban hacia el Sur. Nos vamos encantados y con la idea en la mente de nuevos proyectos por esos barrancos que tuvimos la ocasión de divisar, como el del Arroyo de La Eruela entre otros.
Sin más dilación pasamos a ofrecerle la ruta. Que la disfruten.
SÁBADO 24 DE ENERO DE 2.015
Primera oficial del día poco después de amanecer en La Zona de Acampada Libre de Hondacabras.
Por la pista que bordea el valle, con el Monteagudo arriba saludándonos.
Al frente el tupido Cerro del Pajarillo(1.467m) también llamado Hoyalino. Por encima nevados el Cerro Cárceles (2.061 m) y a su derecha el Ponce (2.006 m)
Aquí nos desviamos a la izquierda para tomar la senda que asciende al lado del Arroyo de la Víbora. La pista que dejamos es la que va hasta la zona recreativa de la Fuenmayor y que hace de principal vía neurálgica del valle.
A poco de ir subiendo por la senda nos aparece la nieve.
Y conforme ascendemos va aumentando su espesor.
Y en este lugar inmersos en el seco cauce del Arroyo de la Víbora, nos dimos un primer respiro.
Respiro que aprovechó Alcatraz para fundirse con este llamativo elemento que es la nieve.
Aquí la senda nos lleva a un cruce, nosotros tomamos ahora a la izquierda.
La senda nos va elevando rápidamente hacia el Collado de la Víbora.
El referido collado aparece a la izquierda de la inmensa mole del Cerro Cárceles.
Nuestro compañero Luis capta mientras subimos esta foto del Almadén, que aparece soleado y muy nevado.
Estos chicos: Calígine, Águila Real y Laricio van como motos. Nuestro guía les dice que paren un poco que hay que parlamentar, ya que de seguir así llegamos a Torres a la hora de la tostada.
Segunda oficial con vistas a la falda norte del Cárceles. Tras valorar que la senda nos sube rápidamente al collado que encara el Monteagudo y que nos estamos alejando de la abundancia de nieve que se nos muestra a la espalda, decidimos volver de nuevo sobre nuestros pasos.
De vuelta en busca del anterior cruce.
Inmersos en la senda que en el cruce hemos tomado ahora a la derecha y que sube hasta el Ponce.
Cómo se nota que hoy nos acompaña Macho Cabrío al que vemos de rodillas rompiendo el gélido ambiente en el que esta fría umbría nos tiene sumidos.
LLegando al alargado abrevadero de la Fuente de la Marrana, que puede ser que se llame así porque a ver quien es el limpio/a que se lava en invierno en ella.
Desde la fuente vemos la silueta del Monteagudo y del Cerro de Enmedio, incluso se aprecia por encima de este último el Aznaitín.
El espesor de la nieve polvo es importante en esta zona y muy agradable de andar, incluso hay quién le sugiere al guía que porque no cambíamos los planes y subimos por esta preciosa senda hacia el Ponce y Cárceles.
Pero nuestro guía que no traga, nos dice que hasta aquí hemos llegado, porque es un lugar ideal para perfilar la subida, que haremos trocheando hacia la parte alta del Collado de la Víbora que vemos a nuestra espalda.
Pasando de nuevo por la Fuente de la Marrana.
Aquí nos desviamos de la senda para tomar por la falda de la ladera en un curso de navegación trochera que nuestro guía nos ofrece y que acabará entusiasmándonos.
Sorteando algún que otro espino el acceso está resultando bastante cómodo y espectacular.
Hemos aprovechado para acceder al collado el seguimiento de unas huellas recientes que hemos encontrado. Nos dice nuestro guía que es el que capta esta foto, que estas decisiones pueden ser a veces poco acertadas, pero que en esta ocasión la hemos tomado porque su dirección coincide con la que nosotros pretendemos llevar.
La ausencia de hielo esta facilitando el paso.
Los buenos amigos como Laricio y Calígine se buscan para construir, cuidar y fortalecer algo tan preciado como escaso; la amistad.
De nuevo Luis nos muestra el Pico Almadén (2.036 m) esta vez se aprecia algo más de su nevado perfil, tapado en parte por los farallones de la cara Norte del Ponce.
Nosotros vamos en estos momentos sobre los 1.400 m de altura, imaginad como deben estar de nieve las cumbres altas que llegan a más de 2.100 m.
Lucio parece como si estuviera en Alaska y sin embargo está en el Sur de Europa y ni siquiera a una altura desmesurada.
Llegando al Collado de la Víbora.
Gran Muflón y Luis se han entretenido un poco, quizás se hayan topado con el solitario Jeremías Johnson.
En lo alto de la peña que preside el Collado de La Víbora, Macho Cabrío y José incitan a nuestros fotógrafos.
Detalle del Cerro Ponce.
Luis llegando al collado dónde le espera un arduo y entusiasta trabajo fotográfico.
Ahí lleváis esa foto Laricio y Calígine, que esperamos sigáis recordando cuando tengáis el pelo tan blanco como hoy estas sierras. Gentileza de C. Carcávico.
Vista de la ladera por la que sube la senda hasta el Ponce que anteriormente subimos en un cortito tramo.
Situándonos en el Collado de la Víbora para el festival de fotografía que se nos viene encima.
Dos de nuestros grandes pilares Gran Muflón y Luis posan ante dos grandes colosos el Ponce y Almadén.
Nuestro invitado Paco con ese aire de libertad que supone siempre tener de fondo el cielo.
El sol parece venir en nuestro rescate mientras dejamos atrás este magnífico collado nevera.
José que es hoy junto a Paco nuestro invitado, no ha podido tener mejor presentación con los tres colosos de fondo.
Nos vamos en busca del sol para desayunar, mientras ahora hacia la parte opuesta del valle del río de Torres se nos aparece más allá del valle del Arroyo de la Eruela, La Serrezuela de Bedmar y a sus pies el propio pueblo que le da nombre.
Andando hacia el Monteagudo se quita el frío. Lo subiremos por esta cara Sur que tan bien nos muestra la imagen.
El restaurante de hoy tenía la particularidad de contar con aire climatizado, en el que el sol parecía querer alimentarnos. Realmente carísimo.
Silencio, el Águila Real pasa surcando los aires que la nieve ha purificado.
A mano amada
A mano amada,
cuando la noche impone su costumbre de insomnio
y convierte
cada minuto en el aniversario
de todos los sucesos de una vida;
allí,
en la esquina más negra del desamparo, donde
el nunca y el ayer trazan su cruz de sombras,
los recuerdos me asaltan.
Unos empuñan tu mirada verde,
otros
apoyan en mi espalda
el alma blanca de un lejano sueño,
y con voz inaudible,
con implacables labios silenciosos,
¡el olvido o la vida!
me reclaman.
Reconozco los rostros.
No hurto el cuerpo.
Cierro los ojos para ver
y siento
que me apuñalan fría,
justamente,
con ese hierro viejo:
la memoria.
Ángel González Muñiz.
Sierra Mágina compone el macizo de montañas más altas de la provincia de Jaén. En su fisonomía destacan dos altas cuerdas, una es la que ven con el Cárceles, Ponce y Almadén, tras ella separada por los valles de los arroyos de Los Prados y del Perú se encuentra la otra cuerda, aún más alta, en la que se hayan entre otros: La Piedra Jaén, Cerro Mágina, Pico Mágina, Cerro Prieto, todos estos por encima de los 2.100 m de altura.
Circundando estas dos enormes y elevadas cuerdas, se hayan otros montes que como este Monteagudo, hacen de perfectos lugares para contemplar a estos colosos, que buena parte del año se engalanan de la manera que pueden observar.
Las vistas se van extendiendo poco a poco al ir ganando altura. Ahora a la derecha conforme subimos se nos aparece esta imagen del barranco de Las Rastras que se desliza entre el volador desfiladero de La Corona (parecido a la Cuerda de los Agrios) y el arroyo de La Eruela que baja hacia el río de Albanchez. Arriba del todo comienza a verse la cuerda más alta que antes les comentábamos, en la que se aprecia perfectamente La Peña Jaén (2.014 m) cerrando el macizo a la izquierda.
Ahora vista a la izquierda con el Almadén arropando a este fructífero valle que da la vida a los habitantes de la zona.
En esta foto en la que aparecen Águila Real, Chotillo y Alcatraz, se aprecian varias cuerdas sobrepuestas. La primera La Corona que llega a los 1.595 m. A la derecha por encima del collado de La Víbora parte del Cerro Cárceles que va descendiendo hacia el Cerrillo Vaquero(1.749 m) que aparece en el centro y arriba en la izquierda, cada vez vamos viendo más cumbres de la cuerda más alta de Sierra Mágina,
Paco subiendo a un buen ritmo.
Las perspectivas en la montaña a veces nos pueden llevar a engaño, desde abajo parecía que apenas había nieve en la cara Sur del Monteagudo y sin embargo mirad como la encontramos.
A continuación nuestro cronista va a meter un nuevo poema que seguro le traerá buenos recuerdos a Córvido Carcávico.
Tema.- Dedicatoria.
Título.- “Poeta” 1977
Nevaba de forma fuerte
y
ese copo blanquecino,
derrite
en la tibia frente
de
un poeta peregrino.
Tienes que hacer tu camino,
oculta
tu pena y anda,
enfréntate
a tu sino,
que
ahora nadie en ti manda.
Frío, vida; calor, muerte,
coge
la pluma ¡Escribe!
rompe
esas palabras ¡Vierte!
no
niegues que un poeta vive.
Tu mundo no es este mundo,
tu
morada, otra morada,
quiero
ser el vagabundo
de
esa tu vida agitada.
Tu casa la noche clara,
la
madrugada el portal,
dónde
tu cuerpo se para
y
se protege del mal.
Quisiera ver reflejado
mi
cuerpo en tu larga sombra,
quisiera
ver derramado
del
hombre el veneno de cobra.
Eres mi sangre de pueblo,
eres
de mi eterna lucha,
lo
más alto de un retablo
dónde
alguien quizás te escucha.
(Quinrri)
Muy cerca de la cumbre.
Ahí llevas esa Calígine.
Y esa para ti Chotillo, y las que vienen detallan perfectamente lo que tuvimos la suerte de admirar alrededor de este monte doblemente agudo, por su perfil y por sus vistas.
Comenzamos con estas extensas vistas hacia el Norte entre el Aznaitín y la Serrezuela de Bedmar. A lo lejos por encima del Valle del Guadalquivir se aprecian casi todos los pueblos de la loma situada en el centro de la provincia de Jaén: Baeza, Úbeda, Sabiote y Torreperogil.
Entre Baeza y Úbeda se ve la Piedra de Los Ronceles y un poco más cercana la zona de La Yedra. Mezclada con Baeza se ven algunas zonas altas de Rus.
Detalle al este del Aznaitín de la localidad de Albánchez de Mágina.
En el centro el pueblo y la Serrezuela de Bedmar, a la derecha la cuerda de la Golondrina y algo más cercano el cerro de La Carluca.
Desde el centro hacia la derecha se distinguen nevadas las cumbres de la Sierra de Alcaraz y Calar del Mundo, El Yelmo, La Sierra de las Villas, Cazorla y Segura, La Sierra del Pozo y de La Cabrilla.
Detalle de Bedmar y parte de su Serrezuela.
Otra de Bedmar con su Serrezuela al completo.
Desde la izquierda y en primer término el Cerro Carluca, Los Morros de la Camaramarila y la vetusta Peña Jaén por encima de La Corona.
A lo lejos nevados el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas, La Sierra de Castril y La Sagra, algo de las Sierras de Orce y María y la Cuerda de Jabalcón.
En esa hoya que vemos rodeada de suaves cerros es por dónde baja el Arroyo del Perú. Arriba nevadas las sierras de Cazorla, del Pozo y algo de la de María.
Me encanta el lugar a veces poco valorado desde dónde me gusta divisar.
Impresionante y bellísimo macizo de Sierra Mágina, aquí las dos cuerdas altas se yuxtaponen y aunque su techo el Pico Mágina se encuentra tapado y prisionero del Cárceles, se pueden apreciar alturas speriores a los 2.100 m, incluso ampliando la foto se distingue el refugio de Miramundos (2.077 m).
Los doce desde el Cerro Monteagudo.
El objetivo capta perfectamente la caseta del Refugio de Miramundos un poco a la izquierda del Barranco Los Locos que aparece arriba en el centro y que un día nuestro compañero Chaparro bautizara con ese nombre y por el que bajamos hacia la pista del Cordel del Abrevadero, entre sabinas rastreras, arenarias, cabras y majoletos.
Posiblemente la próxima vez que volvamos a esta sierra sea para crestear esas tentadoras aristas del Cárceles y Ponce.
Esta es la foto clave de esta ruta. ¿Han visto alguna vez un tríptico de montañas más engalanadas y bellas?.
Acercando la imagen del Ponce vemos la continuación de la senda que esta mañana subiamos, aunque nosotros nos quedamos más atrás.
Que nitidez de paisaje y como en Rus decimos que propios salen en la foto estos cuatro paisanos, José, Lucio, Macho Cabrío y Paco.
No todo es blanco hoy si se fijan en el escudo de nuestro compañero Luis. Con esta foto queremos rendirle homenaje ya que siempre se vuelca en ofrecernos esas memorables fotos con que confeccionar estos reportajes.
El Almadén es el otro gran coloso garante de la fertilidad de este valle del que su aceite y cerezas son como ambrosías, que todas las personas que las prueban acaban comprendiendo el porqué se les considera comida propia de dioses.
Siguiendo del Almadén a la derecha vemos al fondo La Pandera, Las Sierras de Ahillo y de La Caracolera y Jabalcuz.
Este falda Norte del Almadén es un gran tesoro, su bosque mediterráneo autóctono ha perdurado a lo largo del tiempo, es nuestro deber seguir cuidándolo para que siga siendo.
Vistas al Oeste con Mancha Real y Jaén. En un día claro en esa dirección se pueden ver buena parte de Andalucia.
Extensas vistas al Noroeste. Abajo Torres, un poco más arriba a la derecha nuestro próximo objetivo: El Cerro de Enmedio (1.556 m).
Córvido Carcávico vuelve de inspeccionar el que suele ser paso natural del Monteagudo al Cerro de Enmedio en condiciones normales pero hoy por el espesor de la nieve haremos una variante que teníamos prevista.
No nos cansamos de mirar y reconocer lugares.
Y con esta foto del sufrido Aznaitín completamos esta vuelta mágica desde un sorprendente lugar de Mágina.
Córvido Carcávico no pierde el tiempo y esta foto la tomó cuando fue a reconocer la bajada por este lugar.
Comenzamos el descenso que haremos volviendo desde la cima un poco sobre nuestros pasos, con la idea de pasar por la ladera Oeste del Monteagudo.
Perfil de la ladera Sur del Monteagudo.
Parece ser que Luis y Calígine que se ven en el centro, se han bajado un poco más que el resto del grupo.
Vamos buscando el paso por debajo de la pared rocosa que vemos a la derecha.
A los dos rezagados les está costando algo más ya que al bajarse demasiado el perfil de la ladera es un poco más vertical que esta zona de la izquierda por la que han bajado sus compañeros.
Gran Muflón y Luis parecen tan unidos en el día de hoy como el Cárceles y el Ponce.
Hasta las nubes parecen querer unirse a esta multisensorial fiesta de la belleza.
Alcatraz de rojo que aparece junto a Calígine se lleva hoy el premio que más valoramos dentro del grupo, el de la Solidaridad.
El grueso del grupo esperando a los rezagados nos dice que parece que ciertos olores a guiso torreño suben ladera arriba.
Tras salvar la pequeña dificultad del paso, nos encaminamos hacia el Cerro de Enmedio.
Estos siete aunque mayorcitos, parece que vienen de hacerle una visita a la recién llegada Blancanieves, que también ha acusado la crisis y al tener que dejar sus estudios se ha visto obligada a refugiarse en las faldas de Sierra Mágina. Alcatraz que va en cabeza y único casado de los siete les dice que es un buen partido la muchacha.
Macho Cabrío no pudo aguantar más y se pegó este revolcón.
Mientras nos acercamos a la caseta del cerro de Enmedio, la zona invita a la distensión. Aquí algunos prueban los únicos proyectiles que este club acepta los que sirven para divertirse, aunque no hay que pasarse con el calibre.
Luis no te podrás quejar del reportaje que llevas hoy.
Creo que inconscientemente a todos nos atrae la nieve, pocas cosas habrá que superen ese gran poder de persuasión que sobre nosotros tiene.
Bueno mientras nos acercamos al siguiente objetivo es el momento de una mirada hacia atrás para homenajear al privilegiado Monteagudo.
Que aparece como vestido para la primera comunión por detrás de Córvido Carcávico.
Entre flores de nieve, enigmático y juguetón, gran compañero, impoluto y divertido Gran Muflón.
Lucio sabe de esto de la pasarela más que nadie y nos presenta las tres siguientes fotos que demuestran el porqué decíamos que este Monteagudo es un privilegiado.
Cerro Monteagudo (1.682 m)
Nueva oficial.
Y casi sin darnos cuenta hemos llegado a la Caseta refugio del Cerro de Enmedio.
Gran oficial de este gran equipazo que hoy saca el club más poderoso, galáctico, competente y con más clase de La Tierra: el CD Senderista "Los Escuderos" de Rus.
Calígine tras el deshielo y bajo tus huellas volverán los olores y las nieblas a crear eso que tu nombre significa.
Mientras bajamos hacia La Sillita os mostramos en las siguientes fotos las nuevas vistas que se nos ofrecían.
EL INFINITO (Poema de GIACOMO LEOPARDI)
Amé siempre esta colina,
y el cerco que me impide ver
más allá del horizonte.
Mirando a lo lejos los espacios ilimitados,
los sobrehumanos silencios y su profunda quietud,
me encuentro con mis pensamientos,
y mi corazón no se asusta.
Escucho los silbidos del viento sobre los campos,
y en medio del infinito silencio tanteo mi voz:
me subyuga lo eterno, las estaciones muertas,
la realidad presente y todos sus sonidos.
Así, a través de esta inmensidad se ahoga mi pensamiento:
y naufrago dulcemente en este mar.
Amé siempre esta colina,
y el cerco que me impide ver
más allá del horizonte.
Mirando a lo lejos los espacios ilimitados,
los sobrehumanos silencios y su profunda quietud,
me encuentro con mis pensamientos,
y mi corazón no se asusta.
Escucho los silbidos del viento sobre los campos,
y en medio del infinito silencio tanteo mi voz:
me subyuga lo eterno, las estaciones muertas,
la realidad presente y todos sus sonidos.
Así, a través de esta inmensidad se ahoga mi pensamiento:
y naufrago dulcemente en este mar.
Versión de Carlos López S.
Es muy abundante esta planta pinchosa en esta zona.
Córvido Carcávico y Luis han demostrado funcionar en esta ruta como un fenomenal equipo de reporteros gráficos, a los dos debemos la captación fotográfica de este reportaje actuando con gran sincronismo y colocación, con el sacrificio de poder ir pocas veces juntos y querer ensalzar a todos los miembros del grupo de la mejor manera posible.
Lucio desde la cima de La Sillita con Torres abajo.
Oficial de los doce desde La Sillita (1.448 m), que en esta ocasión aparecemos un tanto desordenados, quizás por el fuerte olor a morcilla que desde Torres sube y sobre todo tras pronunciarse la palabra cerveza. Nos dice el guía que nos vamos para abajo que a estos ya no hay quién los sujete.
La preciosa localidad de Torres, precioso pueblo natal del juez Garzón que recibió las mejores enseñanzas cuando voluntariamente se perdía entre las montañas que hoy hemos visto y dónde habita su pensamiento grande, eternamente libre de la mundanal mentira.
Y antes de comenzar la bajada hemos querido despedirnos de este sufrido monte el Aznaitín (1745 m) y decimos sufrido porque en el habita el dios ibero Netón, dios del trueno y el fuego, que se encarga de proteger al pueblo de Torres y a su exuberante valle del cruel viento del Norte, haciendo posible el cultivo de las mejores cerezas del mundo.
Comenzamos la bajada final, de nuevo volvemos un poco sobre nuestros pasos para encarar el descenso por la ladera Oeste de La Sillita, zigzagueando por sendas, trochas y carriles.
Laricio que se está convirtiendo en un gran estilista como diseñador, nos muestra aquí el tupido bosque de pinos hermanos suyos, que acabamos de atravesar.
Evocadora foto llena de musas que van por el aire, por la senda, por los árboles hacia ese frondoso Hoyalino primero, para elevar luego sus sueños de nieve por entre las crestas y el cielo.
Llegando al lugar de partida. Por encima de los olivos y el pinar, la cima nevada de nuevo del Monteagudo.
Fin de ruta en la zona de acampada de Hondacabras.
Y en este bar que antes estaba en el sótano, sentados en dos mesas camillas con sus braseros, degustamos tres tapas, una por cada cerro coronado y de las que la llamada "betú" (morcilla torreña de matanza) estaba de escándalo.
Se nos ocurrió hasta un chiste:
Le dice la camarera a Córvido Carcávico "si quieres betú" y sin dejarla acabar este le responde que vaya Chotillo que para eso es el más jóven.
Longitud del trazado: 10'4 Km.
Duración: 6 horas y 22 minutos.
Grado de Dificultad: Media Alta.
Agua: Llevar.