CIRCULAR CREPUSCULAR A LA PENÍNSULA DE CHAPINES Y AMANECER EN EL CASTILLO Y CUEVAS DE GIRIBAILE Y ESPELUCA.
Con esta ruta queremos rendir un homenaje a este cada vez más maltratado paraje, inundado de agua primero y ahora con la siembra de vegetación no autóctona que dentro de muy poco lo hará irreconocible, sobre todo para aquellos que tenemos aún en la retina su cada vez más lejano esplendor.
Esta ruta la iniciamos en coche desde Rus hacia la Estación de Linares-Baeza, dónde tras cruzar el Río Guadalimar, tomaremos a la derecha en dirección a las pedanías de Vilches, Miraelrío y Guadalén. Al llegar a esta última enlazamos tomando a la derecha con la carretera Linares-Arquillos y a unos tres km a poco de pasar el Río Guadalén, veremos el Cortijo de la Laguna pegado a la izquierda, pues justo a la derecha sale una pista que seguiremos y que va entre la mina y ganadería de toros de La Española a la izquierda y el Castillo de Giribaile a la derecha. Nos encontraremos una bifurcación nada más avistar el agua del pantano, iremos a la izquierda bordeando el agua, hasta llegar a un olivar y un nuevo cruce al lado de un minado de agua con alberca. Yendo a la derecha y tras una pequeña subida llegamos al Cortijo de Valcaliente, inicio de la península en que hoy se ha convertido esta zona llamada por nuestros antepasados de Chapines o Llano de las Matas, por la gran cantidad de esparragueras que hay. Siguiendo la pista sobre un Km nos instalamos al lado de un saludable chaparral sobre las 6 de la tarde.
Tras tomar un refresco, a las 7 de la tarde, iniciamos la primera ruta ya a pie, volviendo primero por la pista, con visita al Cortijo de nuestro amigo Trini y Seba, Cortijo de Valcaliente, Minado y Cortijo y Mirador de Benalúa, desde el que por la parte alta fuimos ahora por la parte oriental de la península, pasando por un nuevo Cortijo, las Colmenas de Abejas y una antigua Carbonera. A partir de aquí nos acercamos hacia el agua, buscando el sumergido paraje del Puente de Los Escuderos, que da nombre a nuestro Club. Subimos de nuevo a lo alto de la meseta, hacia el Cortijo de Los Cholas y de ahí casi anocheciendo al lugar dónde nos instalamos y pasamos la noche tras un suculento asado.
Como nuestro gran objetivo era contemplar el amanecer desde el Castillo de Giribaile, a las cinco de la Madrugada dimos comienzo a la segunda ruta, siguiendo primero de vuelta la pista por la que accedimos la tarde anterior, hasta llegar a la falda Norte del castillo, cuya subida, atacamos en noche bastante cerrada por unas trochas de esparragueros. A las 6'10 h estábamos ya arriba.
Esperamos el amanecer mientras reconocíamos los distintos pueblos en las luces que alrededor veíamos, soportando el frescor de la mañana, hasta que a las 7'19 llegó el primer rayo surgido desde la Sierra del Acero. Fuimos reconociendo los pueblos que comenzaban a recibir la luz de un nuevo día, y tras hacer unas cuantas fotos en las ruinas del castillo nos fuimos en busca de las Cuevas también de Giribaile y las de Espeluca.
Para la vuelta bajamos dejándonos caer ladera abajo hacia el embalse, en medio de un olivar, hasta la pista que viene del cortijo de la Atalayuela o Tarayuelas y que enlaza con la que nos llevará al lugar de partida.
Si el atardecer fue todo un espectáculo, el amanecer fue una explosión de luz, aunque pasamos bastante frío esperándolo mereció sobradamente la pena. El andar por estos parajes al que de una u otra forma siempre volvemos, ha sido de nuevo una gratificante experiencia, pese que a este entorno nos cueste más cada día que pasa reconocerlo.
Tras tomar un refresco, a las 7 de la tarde, iniciamos la primera ruta ya a pie, volviendo primero por la pista, con visita al Cortijo de nuestro amigo Trini y Seba, Cortijo de Valcaliente, Minado y Cortijo y Mirador de Benalúa, desde el que por la parte alta fuimos ahora por la parte oriental de la península, pasando por un nuevo Cortijo, las Colmenas de Abejas y una antigua Carbonera. A partir de aquí nos acercamos hacia el agua, buscando el sumergido paraje del Puente de Los Escuderos, que da nombre a nuestro Club. Subimos de nuevo a lo alto de la meseta, hacia el Cortijo de Los Cholas y de ahí casi anocheciendo al lugar dónde nos instalamos y pasamos la noche tras un suculento asado.
Como nuestro gran objetivo era contemplar el amanecer desde el Castillo de Giribaile, a las cinco de la Madrugada dimos comienzo a la segunda ruta, siguiendo primero de vuelta la pista por la que accedimos la tarde anterior, hasta llegar a la falda Norte del castillo, cuya subida, atacamos en noche bastante cerrada por unas trochas de esparragueros. A las 6'10 h estábamos ya arriba.
Esperamos el amanecer mientras reconocíamos los distintos pueblos en las luces que alrededor veíamos, soportando el frescor de la mañana, hasta que a las 7'19 llegó el primer rayo surgido desde la Sierra del Acero. Fuimos reconociendo los pueblos que comenzaban a recibir la luz de un nuevo día, y tras hacer unas cuantas fotos en las ruinas del castillo nos fuimos en busca de las Cuevas también de Giribaile y las de Espeluca.
Para la vuelta bajamos dejándonos caer ladera abajo hacia el embalse, en medio de un olivar, hasta la pista que viene del cortijo de la Atalayuela o Tarayuelas y que enlaza con la que nos llevará al lugar de partida.
Si el atardecer fue todo un espectáculo, el amanecer fue una explosión de luz, aunque pasamos bastante frío esperándolo mereció sobradamente la pena. El andar por estos parajes al que de una u otra forma siempre volvemos, ha sido de nuevo una gratificante experiencia, pese que a este entorno nos cueste más cada día que pasa reconocerlo.
SÁBADO 3 Y DOMINGO 4 DE MAYO DE 2014.
RUTA 1ª.-
En este lugar conocido como La Mesa de Chapines o del LLano de las Matas, entre Chaparros, pasto y carrasca, fue dónde nos instalamos.
Mientras tomamos un refresco esperando que afloje la calor, Chotillo, Roble Rebelde, Córvido Carcávico y Gran Muflón, os invitamos a seguir estas sentimentales rutas.
En la Cortijada de Valcaliente, totalmente reformada.
Al pasar Valcaliente bajamos a esta vaguada, el otro sitio de paso que unía Los Escuderos con Guadalén y Arquillos.
Por detrás de Chotillo vemos el minado de Benalúa, con su gran chaparro apresado entre olivos y los pinos arriba al lado del cortijo.
En la explanada del Cortijo de Benalúa.
Junto a la capilla que se encuentra en la parte oriental del cortijo.
Tras el agua el Cerro Corea y la Dehesa del Monte por encima de Valcuende y Casa Gallego.
Horrible bancada para tan bello lugar.
Estas vaguadas eran hasta hace poco, paraíso de conejos, liebres y perdices.
Al soneto con mi alma
Como en el ala el infinito vuelo,
cual en la flor está la esencia errante,
lo mismo que en la llama el caminante
fulgor, y en el azul el solo cielo;
como en la melodía está el consuelo,
y el frescor en el chorro, penetrante,
y la riqueza noble en el diamante,
así en mi carne está el total anhelo.
En ti, soneto, forma, esta ansia pura
copia, como en un agua remansada,
todas sus inmortales maravillas.
La claridad sin fin de su hermosura
es, cual cielo de fuente, ilimitada
en la limitación de tus orillas.
Juan Ramón Jiménez
Si la vida tiene color, seguro que es este.
Vistas embalse arriba desde esta loma situada por encima del sumergido Cortijo de Los Pastores.
Roble Rebelde sobre este tronco, parece decirnos que para navegar se necesita corriente.
Inmersos en la hora crepuscular de esta espléndida tarde, con la Loma de Giribaile al fondo.
Chopo Muerto
¡Chopo viejo!
Has caído
en el espejo
del remanso dormido,
abatiendo tu frente
ante el Poniente.
No fue el vendaval ronco
el que rompió tu tronco,
ni fue el hachazo grave
del leñador, que sabe
has de volver
a nacer.
Fue tu espíritu fuerte
el que llamó a la muerte,
al hallarse sin nidos, olvidado
de los chopos infantes del prado.
Fue que estabas sediento
de pensamiento,
y tu enorme cabeza centenaria,
solitaria,
escuchaba los lejanos
cantos de tus hermanos.
En tu cuerpo guardabas
las lavas
de tu pasión,
y en tu corazón,
el semen sin futuro de Pegaso.
La terrible simiente
de un amor inocente
por el sol del ocaso.
¡Qué amargura tan honda
para el paisaje,
el héroe de la fronda
sin ramaje¡
Ya no serás la cuna
de la luna,
ni la mágica risa
de la brisa,
ni el bastón de un lucero
caballero.
No tornará la primavera
de tu vida,
ni verás la sementera
florecida.
Serás nidal de ranas
y de hormigas.
Tendrás por verdes canas
las ortigas,
y un día la corriente
llevará tu corteza
con tristeza.
¡Chopo viejo!
Has caído
en el espejo
del remanso dormido.
Yo te vi descender
en el atardecer
y escribo tu elegía,
que es la mía.
Federico García Lorca
Al menos las remansadas aguas dotan de una mayor serenidad la llegada del fin de este inolvidable día.
Longitud del trazado: 6 Km.
Duración: 2 horas y treinta minutos.
Grado de Dificultad: Baja.
Agua: Podemos recoger en el minado de Benalúa.
Reponiendo energías. El asado tiene una pinta que abre el apetito.
De la Pipirrana no ha quedado ni el caldo.
RUTA 2.-
A las 6'10 ya estábamos dentro de esta nave, antiguo aljibe del castillo, resguardándonos del frío que fuera hacía.
En el centro entre el agua destacamos la silueta de la Península de Chapines.
Al Norte vistas del pantano de Guadalén.
Esperando el amanecer, cubriéndonos del aire fresco de la mañana.
Y llegaron los primeros rayos del nuevo día por encima de la Sierra del Acero.
La explosión de luz lo invade todo. Aquí vemos a Chotillo junto a estas ruinas, al fondo Sierra Mágina.
Historia.-
Los primeros asentamientos humanos en Giribaile se remontan al primer tercio del segundo milenio antes de Cristo. De esta época se conservan diversas estructuras vinculadas a la explotación de los recursos mineros de la zona. Su ocupación se mantendría hasta época ibérica, convirtiéndose en una gran población, que se considera corresponde a la gran capital oretana de Orissia, que sigue pendiente de excavaciones oficiales que aporten más datos sobre la misma. Durante esta etapa ocupó una importante posición estratétiga en la vía de conexión de Cástulo con el Levante.
El sol naciente parece incendiar las ruinas de esta torre.
Chotillo tenía ganas de llevarle un buen recuerdo a su abuelo que tanto le ha hablado de la vida por aquí.
Vistas al Sur.
Al Sureste.
Descripción.
Hacia las cuevas de Giribaile y Espeluca con el color de la hierba mayeando.
Roble Rebelde por debajo de las Cuevas Vivienda de Giribaile.
Alargada alberca al lado del Cortijo de las Casa Altas. Debió de servir también de lavadero.
Hacia el segundo grupo Las Cuevas de Espeluca.
Cueva esculpida situada cerca de la escalera de piedra.
Ahí llevas esa Roble Rebelde.
Farallones situados a continuación de lo derrumbado hacia poniente.
Al derrumbarse este trozo uno de los más significativos, se nos pierde también una buena parte de nuestra historia.
Zona de las cuevas oratorio.
La fuente bastante abandonada sigue a lo suyo, dando agua.
Abajo vista de la Península de Chapines.
Foto de las Cuevas de Espeluca, cuando ya vamos en busca de la pista que viene de las Tarayuelas.
De vuelta con el castillo arriba.
La ganadería de toros de la mina de La Española.
Los pinos poco a poco van creciendo.
Al fondo el Cerro del Diablo y a la derecha la Piedra de Los Ronceles.
Collado entre los dos valles del Guadalimar y Guadalén. Al fondo a la derecha se observa Vilches.
De nuevo por la península de Chapines.
Longitud del trazado: 17 Km.
Duración: 4 horas y treinta minutos.
Grado de Dificultad: Media.
Agua: Llevar o en la fuente de las Cuevas de Espeluca.
RUTA 1ª.-
CIRCULAR CREPUSCULAR A LA PENÍNSULA DE CHAPINES
En este lugar conocido como La Mesa de Chapines o del LLano de las Matas, entre Chaparros, pasto y carrasca, fue dónde nos instalamos.
Mientras tomamos un refresco esperando que afloje la calor, Chotillo, Roble Rebelde, Córvido Carcávico y Gran Muflón, os invitamos a seguir estas sentimentales rutas.
Comenzamos nuestro paseo en dirección Noreste con el sol empezando a cegarnos, como prometiéndonos que mañana volvería.
Al fondo los inconfundibles cerros mineros con el Cerro del Diablo (592 m) y a la derecha La Montaña Madre o Piedra de los Ronceles (751 m)
Entre la Mesa de Chapines y de Valcaliente, al lado del carril que cruza por esta vaguada natural, y que unía Escuderos con El Cortijo de Los Pastores y Las Tarayuelas, se encuentra el Corazón de lo que como verán es una desheredada península.
Lugar sagrado para Córvido Carcávico, que dice que lleva 50 años viniendo por la zona, que se acuerda de haberla conocido sin olivos, como una alfombra aromatizada, con terciopelos rojos de tierra agradecida, con ríos, arroyos, minas, liebres y perdices, pastores, toros y ovejas.
Entre estos cuatro primeros Chaparros, nos cuenta que montaba su tienda, cuando en semana santa se reunía con su familia y que algunas veces se encontraba el lugar con un manto de adelfas, esparragueras, espliego y otras hierbas de más de un metro de altura. Sin cortarlas las aislaba de la tienda aplastándolas con cartones y cuando volvía al fin de semana siguiente ya estaban de nuevo erguidas.
Nos sigue contando Córvido Carcávico que este lugar fue creado como lugar elegido por esta parte de la dehesa para llamar al hombre, ofreciendo sus escamas para que haga una lumbre, alrededor de la que se hermanarán mientras les habla con la voz de la alondra y los gamusinos.
En la Cortijada de Valcaliente, totalmente reformada.
Al pasar Valcaliente bajamos a esta vaguada, el otro sitio de paso que unía Los Escuderos con Guadalén y Arquillos.
Por detrás de Chotillo vemos el minado de Benalúa, con su gran chaparro apresado entre olivos y los pinos arriba al lado del cortijo.
Alberca del minado. El grifo es de una gran sencillez, desenganchas la goma, la bajas, te sirves y la colocas como la encontrastes.
En la explanada del Cortijo de Benalúa.
Este lugar posiblemente tuviera gran importancia para el nacimiento y posterior desarrollo de la primera liga de futbol-sala de la provincia creada en Rus, ya que varios de sus fundadores dieron aquí sus pasos previos, utilizando las cocheras como perfectas porterías.
Junto a la capilla que se encuentra en la parte oriental del cortijo.
A pocos metros siguiendo al Este entre dos hileras de pinos se encuentra este relajado mirador. Si los viejos levantaran la cabeza se volverían a morir y quizás pensarían que tras la muerte se va al mar.
Vistas al Noreste con la Sierra del Acero al fondo y en la lejanía por encima de un pueblo que blanquea que creemos es Castellar, se observa El Yelmo de la Sierra de Segura.
Roble Rebelde al que también la zona le trae tantos recuerdos. Unos los tiene localizados tras el agua en los cortijos de Narváez, EL Moleño, La Fuenmarina, Zagahón, Las Casas Arriba y Abajo etc, y otros andan buceando en su cerebro como La Borrucosa, Don Agustín, Los Escuderos, Huerta de Salas, Las Veguillas etc.
Tras el agua el Cerro Corea y la Dehesa del Monte por encima de Valcuende y Casa Gallego.
Córvido Carcávico quiere rendir con esta foto un homenaje a las dos personas que hasta ahora se han ahogado en este pantano, Antonio y Juan, muy buen amigo del primero e íntimo del segundo. Ambos eran naturales de Rus y nos recuerda cuando los tres jugaban en los Diablos Rojos al Fútbol-Sala.
Nos dice que no entiende, que quizás con lo buenos nadadores que eran, fueron buscando una vez más las alamedas del río, su Guadalimar, aquel que les daba sin tener que pedir, y ya nunca más volvieron, porque decidieron por siempre quedarse allí.
Nos dice que no entiende, que quizás con lo buenos nadadores que eran, fueron buscando una vez más las alamedas del río, su Guadalimar, aquel que les daba sin tener que pedir, y ya nunca más volvieron, porque decidieron por siempre quedarse allí.
Por encima de las cabezas de Chotillo y Gran Muflón se encuentra sumergido el paraje del Puente de Los escuderos que da nombre a nuestro Club.
Horrible bancada para tan bello lugar.
Estas vaguadas eran hasta hace poco, paraíso de conejos, liebres y perdices.
Al soneto con mi alma
Como en el ala el infinito vuelo,
cual en la flor está la esencia errante,
lo mismo que en la llama el caminante
fulgor, y en el azul el solo cielo;
como en la melodía está el consuelo,
y el frescor en el chorro, penetrante,
y la riqueza noble en el diamante,
así en mi carne está el total anhelo.
En ti, soneto, forma, esta ansia pura
copia, como en un agua remansada,
todas sus inmortales maravillas.
La claridad sin fin de su hermosura
es, cual cielo de fuente, ilimitada
en la limitación de tus orillas.
Juan Ramón Jiménez
Antigua carbonera, dónde el Padre de Córvido Carcávico junto a otros muchos ruseños, se buscó la vida, elaborando cisco (carbón vegetal). La dehesa les daba lo que le había quitado el hombre, del que siempre tuvieron mayor miedo que de los lobos que entre ellos aullaban.
Si la vida tiene color, seguro que es este.
Tras el agua y a la izquierda del gran Cerro de Corea, se ve el impresionante transquilón que le han metido al Cerro Chaparral, en forma de cortafuegos. Entre estos dos cerros baja el Arroyo Valdecanales, en cuya margen izquierda se haya el Hipogeo Visigodo de Valdecanales, primer vestigio de vida eremítica de Andalucía.
En nuestra entrada de Agosto de 2.102 "ZAGAHÓN-PUENTE DE ARIZA-FUENMARINA-ZAGAHÓN" nuestro cronista Quinrri decía:
-" Le llaman El Chaparral, y es sin ninguna duda el patrimonio más importante del pueblo de Rus. Cada vez que me deleito contemplándolo, es cuando mayor es mi orgullo de ruseño. Es obligación de todos velar por él, no permitiendo que se pierda ni un sólo milímetro más de este paraíso, que desde ahora llamaré MONTE SAGRADO.
Nos la han vuelto a jugar, porque ese cortafuegos parece tener otro fin muy diferente al de proteger a este monte. Ya nos informaremos.
En nuestra entrada de Agosto de 2.102 "ZAGAHÓN-PUENTE DE ARIZA-FUENMARINA-ZAGAHÓN" nuestro cronista Quinrri decía:
-" Le llaman El Chaparral, y es sin ninguna duda el patrimonio más importante del pueblo de Rus. Cada vez que me deleito contemplándolo, es cuando mayor es mi orgullo de ruseño. Es obligación de todos velar por él, no permitiendo que se pierda ni un sólo milímetro más de este paraíso, que desde ahora llamaré MONTE SAGRADO.
Nos la han vuelto a jugar, porque ese cortafuegos parece tener otro fin muy diferente al de proteger a este monte. Ya nos informaremos.
Vistas embalse arriba desde esta loma situada por encima del sumergido Cortijo de Los Pastores.
Roble Rebelde sobre este tronco, parece decirnos que para navegar se necesita corriente.
Inmersos en la hora crepuscular de esta espléndida tarde, con la Loma de Giribaile al fondo.
Chopo Muerto
¡Chopo viejo!
Has caído
en el espejo
del remanso dormido,
abatiendo tu frente
ante el Poniente.
No fue el vendaval ronco
el que rompió tu tronco,
ni fue el hachazo grave
del leñador, que sabe
has de volver
a nacer.
Fue tu espíritu fuerte
el que llamó a la muerte,
al hallarse sin nidos, olvidado
de los chopos infantes del prado.
Fue que estabas sediento
de pensamiento,
y tu enorme cabeza centenaria,
solitaria,
escuchaba los lejanos
cantos de tus hermanos.
En tu cuerpo guardabas
las lavas
de tu pasión,
y en tu corazón,
el semen sin futuro de Pegaso.
La terrible simiente
de un amor inocente
por el sol del ocaso.
¡Qué amargura tan honda
para el paisaje,
el héroe de la fronda
sin ramaje¡
Ya no serás la cuna
de la luna,
ni la mágica risa
de la brisa,
ni el bastón de un lucero
caballero.
No tornará la primavera
de tu vida,
ni verás la sementera
florecida.
Serás nidal de ranas
y de hormigas.
Tendrás por verdes canas
las ortigas,
y un día la corriente
llevará tu corteza
con tristeza.
¡Chopo viejo!
Has caído
en el espejo
del remanso dormido.
Yo te vi descender
en el atardecer
y escribo tu elegía,
que es la mía.
Federico García Lorca
Al menos las remansadas aguas dotan de una mayor serenidad la llegada del fin de este inolvidable día.
Longitud del trazado: 6 Km.
Duración: 2 horas y treinta minutos.
Grado de Dificultad: Baja.
Agua: Podemos recoger en el minado de Benalúa.
Reponiendo energías. El asado tiene una pinta que abre el apetito.
De la Pipirrana no ha quedado ni el caldo.
Vamos por el postre. La noche es templada y el cielo de estrellas tan limpio que se puede ver el polvo cósmico.
RUTA 2.-
AMANECER EN EL CASTILLO Y CUEVAS DE GIRIBAILE Y ESPELUCA.
Tras dormir un rato algunos al lado de la lumbre, a las 5 de la madrugada nos pusimos en marcha hacia el Castillo de Giribaile.
A las 6'10 ya estábamos dentro de esta nave, antiguo aljibe del castillo, resguardándonos del frío que fuera hacía.
En el centro entre el agua destacamos la silueta de la Península de Chapines.
Al Norte vistas del pantano de Guadalén.
Esperando el amanecer, cubriéndonos del aire fresco de la mañana.
El castillo de Giribaile es una construcción militar edificada en el siglo XII, situada en las inmediaciones de la aldea de Guadalén, pedanía de la localidad de Vilches (Jaén).
Está emplazado en el extremo Norte de una alargada meseta de unos 500m sobre el nivel del mar. Desde alli se controlan visualmente los extrarradios de Cástulo (15 km al suroeste), la vía Heráclea y un amplio territorio.
Está emplazado en el extremo Norte de una alargada meseta de unos 500m sobre el nivel del mar. Desde alli se controlan visualmente los extrarradios de Cástulo (15 km al suroeste), la vía Heráclea y un amplio territorio.
Y llegaron los primeros rayos del nuevo día por encima de la Sierra del Acero.
La explosión de luz lo invade todo. Aquí vemos a Chotillo junto a estas ruinas, al fondo Sierra Mágina.
Historia.-
Los primeros asentamientos humanos en Giribaile se remontan al primer tercio del segundo milenio antes de Cristo. De esta época se conservan diversas estructuras vinculadas a la explotación de los recursos mineros de la zona. Su ocupación se mantendría hasta época ibérica, convirtiéndose en una gran población, que se considera corresponde a la gran capital oretana de Orissia, que sigue pendiente de excavaciones oficiales que aporten más datos sobre la misma. Durante esta etapa ocupó una importante posición estratétiga en la vía de conexión de Cástulo con el Levante.
El oppidum oretano entre los siglos IV o III a. C. terminó transformándose en una gran ciudad fortificada con una extensión mayor a 18 hectáreas. Este gran oppidum poseía una muralla principal situada al Sur, de unos 200 metros de longitud por más de 10 m de altura. Hoy podemos observar una enorme hilera de escombros sobre ella.
El resto de la meseta ocupada por el oppidum está resguardado por la natural orografía del terreno, que le dota de una notable defensa. No obstante, se abandonaría a inicios del siglo I a. C. después de un brutal arrasamiento por los romanos en el curso de las guerras y matanzas de Sertorio, huyendo los escasos supervivientes a Cástulo. El estracto de ceniza encontrado en Giribaile denota la quema de la ciudad.
A partir de la invasión musulmana, sobre el recinto íbero romano se levantó otro castillo fortaleza que atrajo de nuevo a la población, convirtiéndose en un Hins (castillo-refugio), utilizado como lugar de defensa común por los habitantes de las alquerías del entorno.
En la segunda mitad del siglo XII, ante el avance de las tropas cristianas por la Mancha, se reforzaron y transformaron los castillos, que como Giribaile, controlaban y defendían los pasos serranos y las vías que lo comunicaban con las tierras del interior del valle. En Giribaile se construyeron fortificaciones de argamasa. En 1.170 los almohades controlaban el castillo. En 1.227 el castillo fue entregado a Fernando III el Santo por Acet-Abe-Mohamed.
Más tarde fue ocupado por la orden de Calatrava después de ser entregado a la ciudad de Baeza por Alfonso X en 1.274. En 1.292 Sancho IV lo entregó al juez de Baeza don Gil Bayle de Cabrera, de quién tomó el nombre, junto con las tierras entre los ríos Guadalimar y Guadalén.
Magníficas vistas al Norte, de las que destacamos el Pantano de Guadalén y el pueblo de Vilches.
Hay varias leyendas populares sobre los personajes que un día habitaron el castillo.
-Destacamos la del señor Gil de Bayle de Cabrera, del que le viene el nombre actual.
-Este señor como muestra de poder y osadía grabó en una de las fachadas del castillo la frase:
Soy el Señor de Giribaile
de río a río
todo es mío,
y nunca moriré
de hambre, de sed o de frío.
Pero tras salir un día con su caballo, ya nunca volvió, por lo que sus vasallos fueron a buscarlo y lo encontraron caído ya muerto en un pozo del que nunca pudo salir con vida. Su muerte fue a causa del hambre, de sed y de frío.
El sol naciente parece incendiar las ruinas de esta torre.
Como se nota que hoy tenemos fotógrafo. Roble Rebelde logró captar a esta pequeña rapaz, creemos que es un cernícalo.
Chotillo tenía ganas de llevarle un buen recuerdo a su abuelo que tanto le ha hablado de la vida por aquí.
Vistas al Sur.
Al Sureste.
También nos han contado nuestros mayores que existe un túnel enorme que va desde el castillo al río Guadalimar, con altura suficiente para el paso de caballos.
Descripción.
El castillo tiene planta irregular. Se conservan dos torres cuadradas de tapial y algunos lienzos de muralla. Destaca una sólida torre de 7'45 m de fachada y 6'20 de lado, que albergaba en su interior tres estancias y engloba otra islámica más antigua. Entre las dos se conserva un espacio de aproximadamente dos metros de anchura, que formaría una pequeña barbacana. La segunda torre también muestra una compleja superposición de estructuras, que denotan la reutilización continuada de elementos. La parte más antigua corresponde a un podium de mampostería regular, sobre el que se erigió una torre cuadrada, que finalmente fue revestida con gruesos muros de tapial de argamasa.
En el interior del castillo se conservan los restos de un pequeño aljibe cubierto con bóveda de cañón.
El castillo está situado en una finca privada. Actualmente se está tratando con los propietarios para que pase a ser patrimonio de la Junta de Andalucía.
Nos han contando que hace poco han comenzado excavaciones arqueológicas un poco más allá de dónde se encuentra Roble Rebelde, pero como somos sumamente respetuosos con el patrimonio que puede alumbrar nuestro pasado, pasamos de largo. Preferimos visitarlo en compañía de personal cualificado.
Hacia las cuevas de Giribaile y Espeluca con el color de la hierba mayeando.
Roble Rebelde por debajo de las Cuevas Vivienda de Giribaile.
De nuevo Córvido Carcávico nos cuenta que aquí vivió temporalmente mucha gente de Rus, con gran incomodidad y que su abuelo tenía un gramófono al que llamaba "máquina cantadora" que cuando el viento se dirigía a Rus, la gente que bajaba por la cuesta de Los Calerines lo escuchaba bastante bien.
Alargada alberca al lado del Cortijo de las Casa Altas. Debió de servir también de lavadero.
Hacia el segundo grupo Las Cuevas de Espeluca.
Cueva esculpida situada cerca de la escalera de piedra.
Ahí llevas esa Roble Rebelde.
Farallones situados a continuación de lo derrumbado hacia poniente.
Al derrumbarse este trozo uno de los más significativos, se nos pierde también una buena parte de nuestra historia.
Pero el destino de esta roca continua siendo cueva a pesar del desprendimiento, sólo que ahora esta del revés.
Zona de las cuevas oratorio.
Se tienen datos de que los iberos ya lo utilizaron como santuario, luego fueron los visigodos los que se establecieron en este lugar utilizándolo como oratorio y eremitorio, posiblemente relacionado con el que hay al otro lado del embalse, el de Valdecanales.
Como hemos dicho antes, hasta hace poco dio cobijo a familias durante la recolección de la aceituna y otros menesteres.
La fuente bastante abandonada sigue a lo suyo, dando agua.
Abajo vista de la Península de Chapines.
Foto de las Cuevas de Espeluca, cuando ya vamos en busca de la pista que viene de las Tarayuelas.
De vuelta con el castillo arriba.
La ganadería de toros de la mina de La Española.
Los pinos poco a poco van creciendo.
Al fondo el Cerro del Diablo y a la derecha la Piedra de Los Ronceles.
Collado entre los dos valles del Guadalimar y Guadalén. Al fondo a la derecha se observa Vilches.
De nuevo por la península de Chapines.
Tras el agua el Chaparral del Cerro de La Esperilla. Por su parte baja se ve la pista por la que entramos y regresaremos.
Y cuando por la pista íbamos esta pareja que no pertenecen a ningún club de senderismo nos acompañó durante un ratito.
Longitud del trazado: 17 Km.
Duración: 4 horas y treinta minutos.
Grado de Dificultad: Media.
Agua: Llevar o en la fuente de las Cuevas de Espeluca.
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