domingo, 27 de octubre de 2013

LAS BANDERILLAS


CIRCULAR, PISCIFACTORÍA DEL BOROSA, VADO DE HUELGA NIDILLO, TRANCO DEL PERRO, LAS BANDERILLAS, LOS VILLARES.






   Al lado de las casetas de vigilancia de la Cuerda de Las Banderillas, entre su cumbre a la izquierda y la lejana Sagra a la derecha el CD SENDERISTA "LOS ESCUDEROS" DE RUS (JAÉN) os saluda.

 Los nueve valientes son desde la derecha: Halcón Peregrino, Luis, Lucio, Zorro Ártico, Lagarto, Chaparro, Córvido Carcávico, Felipe y Gran Muflón.






DOMINGO  27  DE  OCTUBRE  DE  2013.



    Hoy os ofrecemos la que es la ruta de senderismo de media montaña por excelencia. Una exigente aventura en un día ideal en todos los sentidos.

 Comenzamos al amanecer a las 7 h y 50 minutos, desde la piscifactoría del Río Borosa, subiendo a su lado por la pista, pasando por la pintoresca Cerrá de Elias hasta el Vado de Huelga Nidillo, por el que cruzamos el Borosa a la izquierda, para tomar la zigzagueante y empinada senda que entre cortijos habitados de pastores, nos sube en fuerte pendiente hasta el privilegiado Collado de Roblehondo.

 Desde este collado, que nos deja a las puertas del obligado e increíble paso del Tranco del Perro, continuamos el ascenso, con zonas muy empinadas, ante la sorpresa de la mayoría del grupo que era la primera vez que lo pasaba y que les parecía imposible que por allí pudiera haber un paso tan espectacular.

 Poco antes de cruzarlo una cegadora ráfada de luz solar, nos recibía como dándonos la bienvenida a un mundo irreal entre la zona alta del Cinto de los Frailes y la cuerda de Las Banderillas. La senda gira a la derecha y al llegar a la cima del Puntal del Águila decidimos desayunar, en el restaurante más caro en el que jamás habíamos estado. Eran las 10 h y 30 minutos.

 Para tomar la senda que va por la cresta, giramos 90º a la izquierda, para disfrutar de las inmejorables y profundas vistas que esta alta cuerda de Las Banderillas nos ofrece. Mientras vamos volando mas que caminando, un mundo diferente se nos presenta a nuestra derecha, es el extenso aljibe de Los Campos de Hernán Perea. Al frente el objetivo de la cima eleva nuestra ilusión, acompañados a nuestra izquierda de las puntiagudas formaciones pétreas del cinto que parece sujetar esta inmensa roca.

 Así casi sin darnos cuenta, a las 12 h y 5 minutos, llegamos a las casetas de vigilancia primero y a la cima después, recreándonos en sus dominios, inmortalizando el momento en un aluvión de fotos a capricho de todos.

 Eran las 13 h cuando iniciamos el descenso. Después de reponer agua en un grifo que hay al lado de la caseta grande, nos dejamos caer hacia el Sur, buscando una senda medio atrochada, que por encima del Cinto de Viñuela en clara dirección Sur, nos pasará por debajo del Fraile de Las Banderillas, para llegar de nuevo al Tranco del Perro, único lugar de apenas 300 m y que obligados repetimos (ahora descendiendo) en esta fabulosa circular.

 Tras pasar el Collado de Roblehondo tomamos la senda PR-A-192, que en suave bajada va por una preciosa loma, con el Calarejo de los Nevazos y de Los Villares arriba a nuestra derecha y el valle del Borosa abajo a la izquierda.

 Así relajadamente, fuimos dejando atrás, alternando zonas de profundo bosque, con otras como Los Torcalillos, las Asomaicas y las ruinas de la aldea de Los Villares, dónde sus considerables y verdes prados dan testimonio de la presencia humana en otra época no muy lejana. Los nogales y otros longevos árboles que aquella gente sembró en su día, dan testimonio de ello. De hecho el segundo y último refrigerio, lo tomamos a la sombra de unos preciosos nogales en la pradera baja de Los Villares, a las 15 h y 45 minutos, recostándonos en su naciente hierba un rato.

 Retomamos de nuevo la PR-A-192 para llegar de nuevo a la pista del Borosa, unos cien metros antes del lugar de partida. Eran las 17 h y 40 minutos. Aún nos quedaba una hora de sol.

 NOTA.- Al hacer esta ruta el primer día del cambio horario, la hora marcada en las fotos aún corresponden al horario antiguo, ya que se nos olvidó cambiar la hora en "la granate"





   A unos cuatro km de la piscifactoría, subiendo el Río Borosa arriba, nos encontramos con la encantadora y escultural Cerrá de Elias. Primera oficial del día.
 Al entrar a la cerrá Chaparro y Lucio que iban en cabeza, creen que vieron una nutria.




    Felipe y Lagarto vuelven a a caminar juntos. A su derecha la otra no menos bella y escarpada Cerrá del Puente de Piedra. La ruta ha comenzado con una explosión de magnificencia, que este bravío río nos ofrece con un espectáculo sensorial, propio de un despertar para dioses.




   Dejamos la pista y tras girar a la izquierda, cruzamos por este Vado de Huelga Nidillo.




    Segunda oficial del día como respiro a la empinada senda que acabamos de coger. De fondo el Cinto de las Higueras entre el Castellón y Picón del Haza.




   Bordeando el huerto del primer cortijo que nos encontramos.




  En el Cortijo de Roblehondo los pastores ya llevan un buen rato levantados y nos dan los buenos días.




    Buenos días Córvido Carcávico, ¿quieres un vaso de leche? eso fue, para gran sorpresa lo que dijo esta cabra. También dijo que se llama Matea y que es la madre de la desesperada Nacha la coqueta, que le había hablado mucho y bien de nosotros. Al igual que su hija, con gran veleidad nos dijo que la podíamos llamar Mati. Esto de hablar debe ser genético en esta charlatana y coqueta familia de cabras. 




   Y llegamos a la casa de los pastores de la otra cortijada, en la que encontramos al triste perro (al fondo a la izquierda, sobre una piedra) que una semana antes conocimos, hoy bastante más alegre, quizás de volver a vernos. 
  Puestos a hablar, Gran Muflón lo intenta ahora con estos equinos, a los que les propone que lo suban al menos al Collado de Roblehondo, pero estos o no hablan o se hacen los desentendidos.




   Halcón Peregrino, Zorro Ártico y Luis en la parte para el ganado de esta cortijada que creemos es la de La Huelga de las Sabinas.





   Córvido Carcávico y Lagarto laten al ritmo que les marca la Montaña Corazón, El Picón del Haza.




    En el último cortijo hemos debido perder la senda, pero es irrelevante ya que Chaparro ha metido la reductora y nos lleva en volandas por esta brutal pendiente.




   Las oficiales hoy se suceden espontáneamente, además de servirnos de descanso en este afortunado promontorio. En el centro vemos La Lancha de Pilatos que se une a la de Valdeazores.




    Por las ruinas del cortijo de las Tinadicas, con el perfil del Collado de Roblehondo en el centro y el Fraile de Las Banderillas a la derecha.




  Arriba El Tranco del Perro, única fisura del Cinto de Los Frailes, que nos permitirá acceder a la Cuerda de Las Banderillas, por muy increíble que viéndolo a lo lejos parezca.




    De nuevo por la senda.




   Halcón Peregrino desde este afortunado collado de Roblehondo, con vistas al Norte.




    Zorro Ártico, Halcón Peregrino y Lucio con vistas al Sur.




   Lucio con parte del inmenso Cinto que va desde la Hoya del Ortigal al Picón del Haza. El Cinto está en consonancia con el gran aljibe que sujeta y que en breve les mostraremos.




   Vistas al Sur-Oeste, en las que Sierra Mágina se aprecia difuminada al fondo por encima del quemado Puerto de Las Palomas. En el centro destacamos el Castellón del Moro (1.257 m)




     Vamos a por esta joya geológica, hacia el obligado paso.




    Foto gentileza de Zorro Ártico, que domina las nuevas tecnologías como nadie.




   Zorro Ártico junto a Chaparro.




   El grupo a punto de iniciar la especial subida por este increíble paso del TRANCO DEL PERRO.




"Nuestro camino no es por fáciles prados de hierba, sino que es un sendero de montaña, escarpado y lleno de dificultades. Pero siempre hacia adelante, hacia arriba, hacia el sol.
                                                                
                                                                                                       Ruth Westheimer.







   Por la zona de mayor desnivel.










   Una cegadora luz nos sobrecoge indicándonos el tramo final del paso. Será este el nuevo lugar y nosotros los elegidos para recibir las nuevas tablas, como sucediera en el Monte Sinaí. 




   No, no somos los elegidos, porque estas enormes tablas no se pueden llevar, ni contienen mensaje escrito, como las entregadas a Moisés y que cada cual ha interpretado a su conveniencia. Sencillamente se trata de subir hasta aquí para escuchar su mensaje telúrico, que al bajar nos servirá para ser personas más humanas y respetuosas con la DIOSA NATURALEZA.




   Este nuevo paso ahora por la zona alta del Cinto de Los Frailes es una belleza. A la derecha el Puntal del Águila.



    La tabla suprema, la del 5º mandamiento, NO MATARÁS, se nos muestra enorme en el centro con el hueco del paso del Tranco del Perro a la derecha. Será grande, explícita y tajante, pero aún así, tendrá que venir un Jesús a cada instante a explicarnos tan claro mensaje, porque al parecer no queremos enterarnos.

"Dios no le ha dicho al hombre: No matarás sin razón. Le ha dicho simplemente: No matarás".

 Cita del escritor libanés Amin Maalouf, de su libro "La roca de Tanios". 
    



   Grandes mensajes, gran corazón, grande grande Gran Muflón.




  Al fondo ya bastante cercano y perfilando el cielo, el majestuoso Puntal del Águila (1.632 m).




    Abajo, queda el obligado paso que nos ha transportado a esta maravillosa zona intermedia, entre las zonas altas del inmenso cinto y la cuerda alta de Las Banderillas.  




    Halcón Peregrino extiende sus alas en la morada de su hermana, la cima de La Peña del Águila.

   Con su aguda vista nos regala las siguientes panorámicas:










   Por encima de su mochila se aprecian en la lejanía el Aguilón del Loco y El Cabañas.




    Estamos acostumbrados a comer en los restaurantes mas caros que existen pero este nos parece impagable.
 En primer término, en el centro aparece el Puntal de Las Cabras (1.649 m)




Exclusiva panorámica con los Calarejos de los Nevazos y Villares a la izquierda y Las Banderillas a la derecha. Al fondo La Sierra de Las Villas.




   A nuestro invitado Luis ya lo conocen, ya que el año pasado hizo con nosotros la ruta "CASCADA DEL SALTO DE LOS ÓRGANOS".

Arriba Las Empanadas y La Sierra de La Cabrilla.




  Desde el mismo Puntal del Águila giramos unos 90º a la izquierda, buscando la cresta de la Cuerda de Las Banderillas.




    Y ahora el paisaje a nuestra derecha según vamos caminando, es muy diferente.




    El inmenso aljibe de Andalucia y parte del Levante LOS CAMPOS DE HERNÁN PEREA.
 En el centro, sobre el Calar de Cañada Rincón (1.851 m) , vemos al fondo la voluptuosa Sagra (2.383 m).




   Vamos ascendiendo hacia la cresta.




   Cresteando, las vistas se abren hacia todas las direcciones. A la izquierda de nuestra marcha nos encontramos ahora de nuevo con el Tranco del Perro y el Puntal del Águila, desde una perspectiva casi aérea.




    Esta elevada y alargada cuerda de Las Banderillas es el mirador más total de todo el Parque. Al fondo a la derecha ya se aprecian las casetas de vigilancia y la cima.




     Este lugar me recuerda al Parque del Teide.




   Los buitres parecen saber de nuestra inocencia y se acercan a saludarnos. Esperemos que no hablen.




    Cuando Córvido Carcávico camina con los jóvenes, es cuando más sentido y valor cobra la labor de ofrecer su experiencia al servicio de los demás.




   Halcón Peregrino que tenía tantas ganas de hacer esta tan cacareada ruta, está rebosante de satisfacción y bien que lo está aprovechando, porque tiene a "la granate" a punto de derretirse.




    En linea; seguimos para bingo.




    Sensacional foto, con parte de La Sierra de las Villas al fondo. Antes a la derecha, vemos la totalidad de los Calarejos de los Nevazos y de Los Villares.







   Abajo vemos el Pinar Negro y del Risco y por encima el Calar de Camarillas (1.870 m). Siguiendo la cuerda aparece otro gigante Las Palomas (1.964 m) y un poco a su izquierda cercano a Santiago de la Espada, El Almorchón (1.914 m).




   Chaparro por esta fantástica cresta.




    Zorro Ártico y Lucio muy cerca ya del objetivo.




      LLegando.




 Una mirada hacia atrás.




   Halcón Peregrino y Zorro Ártico junto a Lucio, que no aparece por ser el que toma esta foto, son los primeros en llegar a las casetas de vigilancia.




    Mientras Halcón Peregrino extiende su aguda vista por doquier, subido a la caseta pequeña, Chaparro es el siguiente en llegar.




      Felipe, Lagarto y Córvido Carcávico en una foto casi obligada.




   Halcón Peregrino con vistas al Norte. A su izquierda destacamos El Castellón de Los Toros (1.477 m), por encima el Majal Alto (1.530 m) y a lo lejos algo difuso El Yelmo (1.808 m).




   Las casetas desde otra perspectiva.




    Lagarto se pide esta genial foto con el canuto de La Soga a sus espaldas. Mas abajo en el centro vemos la Loma del Alto de La Campana que separa los valles del Aguamulas que queda a su derecha y el del Arroyo de La Campana a su izquierda, que alimentan el pantano del Tranco que se ve un poco más abajo.




   Respetuosos cortados sobre el Cinto de Viñuela.




   Oficial de la cima. El Banderillas (1.993 m)




   Panorámica hacia el Norte, por gentileza de Halcón Peregrino.




   El Banderillas por fin es nuestro, al fondo La Sagra se está convirtiendo en un futuro reto.




   Vistas hacia el Sur de la Cuerda.




   Halcón Peregrino junto a Luis.




   Desde la cima del Banderillas vemos la peña de las casetas también llamada Peña Palomera (1.991 m) que a su derecha se deja caer hacia el Cinto de Viñuela. Por encima El Calarejo de Los Villares (1.617 m) y al fondo la Sierra de Las Villas con El Pardal, Peña Corva y La Morra del Cerezo.




    El solidario Zorro Ártico se suma a la fiesta.




   Mirando estas vistas estuvimos recordando la anterior ruta ALREDEDOR DE LOS CENTENARES.
En el centro sobre el pinar, esta peña sin nombre (1.932 m), última gran altura de esta enorme cuerda de Las Banderillas que acaba por detrás en la Hoya del Hortigal. Abajo un poco a su izquierda se aprecia la alameda de la Hoya de La Albardía y ya por encima los miradores de Juan León, parapeto oriental de la aldea de Los Centenares.  
  Al fondo desde el centro hacia la derecha los otros dos colosos, El Almorchón y Las Palomas.




  Felipe y Lagarto reflejan la satisfacción en sus rostros. A su derecha se aprecia El Blanquillo (1.830 m).




   Un lugar para........

 “Soñar  despierto que vuelas con las alas de los sueños”
                                
                                                                                    (quinrri)





    Lucio y Gran Muflón parece como si mirando la profundidad de Los Campos de Hernán Perea, buscaran el camino de llegar a lo más profundo de sus almas. 







  Bien te la vas a dar hoy de cámara, Halcón Peregrino.




        Córvido Carcávico con La Sagra a su derecha que parece estar llamándonos.




    Lucio, escoltado por Zorro Ártico y Luis, intenta recuperar el terreno que otros le han ido recortando como cinematográfico del grupo. Unos tienen la fama y otros cardan la lana.




  Divisando el camino de vuelta.




    Las grietas son frecuentes en esta colosal roca.







      En el centro entre El Banderillas y La Sagra se aprecian los calares del Mundo y de La Sima.




   Hemos iniciado muy a nuestro pesar el camino de vuelta. Córvido Carcávico parece despedirse de estas inolvidables vistas.




   Foto para el recuerdo de Zorro Ártico. Al fondo la Sierra de Las Villas. Desde la derecha El Blanquillo, La Morra del Cerezo, Peña Corva y El Pardal.










   Lucio nos recuerda quien es el amo en esto de buscar instantáneas.




   Poco a poco vamos bajando hacia la parte alta del cinto, recreándonos en esta sinfonía de belleza.




    El Fraile de Las Banderillas visto ahora desde el Norte.




    En el abismo.




                                                            Abrupto desfiladero
                                                    de este amor por el que muero.
                                                          Tornas de roca mi día,
                                                           de piedra rosa baldía
                                                       las horas en que te espero,
                                                    que no hay mal en quién porfía
                                                       hallarte, cuando te quiero.

                                                                                  Mayte Dalianegra




  Esta trocha nos llevará en volandas.




     Colosal vista del Cinto de Viñuela.




   Caprichosas formas de la naturaleza que parecen lanzaderas espaciales.







   Llegando de vuelta al Tranco del Perro.




      La puerta de la ilusión.




CIELO Y MONTAÑA


La montaña está enamorada
y eso se ve desde lejos,
la veo tan ilusionada
cada vez que la pretende el cielo.

Viven su amor de altura,
viven su amor diferente,
son sordos  al que murmura,
se aman  contracorriente.

Para jurar amor imperecedero
usaron de altar un barranco
la tormenta lo vistió a él de negro,
y la nieve, a ella de blanco.

Así andan todavía
viviendo su eterno romance
cada noche, cada día
sin temores ni percances.

La montaña está enamorada
y ha levantado su velo
para darle la primera besada
a su amor…Que es cielo.

                                
                                      Alejandro José Díaz Valero.







   El collado de todos los collados, el de Roblehondo.










  Llegando a Los Torcalillos.




    En los Torcalillos.




    Casualmente nos encontramos con esta fresca fuente, con su tornajo, desde el que baja una goma que abastece de agua a los cortijos que esta mañana vimos.




   Restos de un cortijo abandonado por debajo del Calarejo de Los Nevazos.




   Chaparro entre los restos dónde se puede ver el horno a su espalda.




    Por esta agradable senda PR-A-192




   Ya se aprecian los prados de Los Villares.




    El Calarejo de los Villares arriba.




    Pasando el Arroyo de Los Villares.




     Pasando por el juncal.




Parte baja de Los Villares, dónde nos vamos a dar un homenaje gastronómico con nueces sin nata de postre

A continuación os ofrecemos algunas fotos de la que fue la más privilegiada aldea, la de Los Villares.













    Llegando a la pista  del Borosa, cerca del punto de partida.
  Fin de la ruta de las rutas. Mejor no ha podido salir, esperamos que la disfrutéis. Hasta siempre.



Longitud del trazado: 31 Km.

Duración: 10 horas.

Grado de Dificultad: Media Alta.

Agua: Llevar y reponer en la caseta de Las Banderillas o en la fuente de Los Torcalillos.