CIRCULAR NACIMIENTO DEL SEGURA, MIRADORES, COLLADO DE LOS FRAILES, LOS CENTENARES, LAS HUELGAS, LAS ESPUMAREAS.
Macro ruta por uno de los lugares más bellos del parque. El tiempo, quiso unirse a este sensacional paseo. A algunos les pareció corta, a otros un poco larga, yo lo dejaría en mágica.
Iniciamos desde el nacimiento del río Segura, que se nos ofreció con una rebosante generosidad, por el sendero GR 7, en dirección Sur, con el Barranco de la Puerca a la derecha, hasta el mirador natural de Juan León, un lugar para soñar mirando al infinito, o para lanzarse como hicimos, hacia el caprichoso y encantado valle que desde cerca de la Hoya de la Albardía, fuimos recorriendo en dirección Norte.
Tras disfrutar del mirador, fuimos descendiendo hacia la Hoya Del Ortigal. Aquí comenzamos a girar a media ladera por una sombreada senda, para cambiar de sentido, ahora hacia el Norte, pasando por el singular Collado de los Frailes, el Collado de las Navas, en este último por la mala indicación de las sendas, cogimos por la de la derecha y nos adentramos por un espeso pinar, con la Umbría de Parra a la derecha y el Picón a la izquierda. Las formaciones rocosas moldeadas por la erosión que nos encontramos, y la sensación de que por allí hacia tiempo que ningún humano habia pasado y dado lo cada vez más abrupto del relieve, nos hizo temer en tener que regresar, por ausencia de paso. Pero el grupo actuó al unísono y al final Zorro Ártico y Águila Real, dieron con una trocha al lado de una preciosa cascada del Arroyo de los Centenares, muy cerca de su nacimiento.
De ahí, por el fértil Prado de la Peguera, a la aldea de Los Centenares nos quedaba una bonita subida. El lugar dónde se encuentra enclavada esta aldea es privilegiado, en medio de una extensa meseta con restos de varias eras, que sus antiguos habitantes utilizaban para aventar el grano, preferentemente centeno que da nombre a este pequeño pueblo, hoy día en absoluta ruina.
Comimos en un verde prado por encima del Barranco del Lobo, con vistas a la aldea de Miravete y un poco antes el Cortijo de Antonio. Parte del grupo empezó a notar el cansancio de la larga ruta, por lo que nuestro guia ofreció la posibilidad de acortar, subiendo a la derecha de Miravete por la Hoya del Poyo Serbal. Pero decidimos continuar por el Barranco del Lobo, entre verdes pastizales de lo que serían en su día huertos. La inofensiva perra Lluvia, nos levantó un jabalí, que a su vez alertó a una veintena de gamos, que tranquilamente pastaban en las huertas a la izquierda de Miravete, al lado del Cortijo de Cayetano.
Un poco más adelante nos encontramos con una gran y desconocida cascada, cerca del cruce mágico de los tres arroyos el de Los Centenares, el de Las Espumaderas y el de Las Huelgas. Este lugar es la joya del recorrido con gran cantidad de covachones y formaciones rocosas increíbles. Cruzamos el Arroyo de Las Espumaredas por un difícil paso, girando a la izquierda con la Cerrada de Parrate enfrente.
Desde aquí seguimos la senda hacia el norte, pasando por los cortijos Bajo y Alto de las Espumaderas. El camino se hace pista achortalada de agua en todo momento, hasta dar vista en la cima del collado a Pontones. Giramos a la derecha en busca de la aldea de Fuente Segura y de ahí al lugar de origen, el aborbotonado nacimiento del río Segura.
DOMINGO 7 DE ABRIL DE 2013.
El grupo del CD SENDERISTA LOS ESCUDEROS en el nacimiento del río Segura.
De Izquierda a derecha, Abajo: Raquel, La Perrita Lluvia, Crisálida, Gypaetus, Lucio y Córvido Carcávico.
Arriba: Gavilán, Jabalí, Chotillo, Zorro Ártico, Lobo Estepario, Águila Real, Calígine, Cóndor, Chaparro y Gran Muflón.
Salimos por el sendero GR-7 en dirección Sur, con el Barranco de la Puerca a la derecha y a poca distancia la nieve era más que evidente. En algunas umbrías había mas de 40 cm.
Continuamos por este fácil camino con la zona alta del Pinar del Risco muy nevada.
Y llegamos al mirador de Juan León, al que no vimos por ningún lado. Por este día este mirador natural fue "el mirador de los ruseños aventureros".
El sempiterno Córvido Carcávico desde el mirador de Juan León, con la aldea de Los Centenares en el centro, por encima Peña Grande (1.520 m) el pantano del Tranco y El Puntal de los Sabinares (1.520 m). Mas a la derecha se alza iconfundible Peña Amusgo (1.453 m) y el Tolaillo (1.609 m) A la derecha va el valle del Arroyo de Los Centenares, que luego recorreremos.
Crisálida, Raquel que hoy debuta y Gypaetus con el majestuoso Yelmo (1.808 m) alzándose sobre el punto mas alto del horizonte.
Estas rocas hacen de parapeto en este mirador de los miradores. Si te apoyas y cierras los ojos, al abrirlos se puede correr el riesgo de sentirte pájaro y salir volando.
Por el fondo de estos valles va el Arroyo del Hombre, que cerca del Mulón que se ve en el centro, da sus aguas al río Aguamulas y un poco más abajo lo que blanquea es Coto Rios.
El grupo por este alto y nevado mirador, que te hace comprender estos lugares para orientarte, desde el corazón de estas inmensas sierras. En el centro el imponente macizo de Las Banderillas (1993 m)
El CD SENDERISTA LOS ESCUDEROS, siempre es fiel a su cadena de restaurantes, los más caros que existen. Este decorado es de un valor incalculable. A destacar al fondo sobre el horizonte las cumbres nevadas de Sierra Mágina.
La nitidez de esta foto nos da idea de la inmensidad de esta gigante bañera caliza, Los Campos de Hernán Perea. Al fondo las cumbres más nevadas son Las Empanadas, La Sierra de La Cabrilla y La Sierra de Castril.
Gypaetus un gran amante de las cumbres nevadas, pasa cual quebrantahuesos que viniera de allá de aquella redondeada mole que se ve al fondo, La Sagra.
El rezagado Jabalí, está pensando si darse un revolcón en esta dolina con tanta nieve.
Chaparro cada vez le hace más la competencia al cinematográfico Lucio que va un poco por delante, en relajado descenso hacia la Hoya del Ortigal.
Águila Real, con el que estamos encantados, en su segunda aparición. Contrasta con un Cóndor rosáceo, que viene por detrás ardiendo.
Y que decir de Zorro Ártico que viene tirando del grupo. Un auténtico todo terreno, con el la nieve está asegurada.
Gavilán, dominando el valle del Arroyo del Hombre con la Hoya de La Albardía y un poco más abajo la Tiná de Las Hoyas.
Desde la derecha podemos ver La Molata (1.628 m), La Morra de las Hormigas (1.603 m), El Castellón de los Toros (1.477 m), en el centro el Calarejo (1.617 m) y a la izquierda Las Banderillas (1.993 m).
En la ladera Norte de la Molata nos encontramos con una boda de muflones.
El grupo llegando al Collado de los Frailes, con la cuerda de Las Banderillas al fondo.
En una postura muy carcávica, el gran Lucio consigue de nuevo que nuestro fotógrafo dispare, demostrando quien es el amo.
Aquí nuestro escultor Erosión lleva no se sabe cuanto tiempo trabajando en estas expresivas formas.
El experto Gavilán marcando un adecuado ritmo, tras haber dejado atrás las ruinas de un cortijo en el anterior collado.
De pronto la aldea de Los Centenares y sus prados se nos aparece, aunque como se verá aún no hemos llegado.
Aquí en el Collado de las Hoyas, con el GPS estropeado, en vez de tomar a la derecha de la imagen tomamos a la izquierda, aunque sabíamos que los dos caminos conducen al mismo sitio.
Pero mereció la pena, los roquedales tienen en esta zona unas formas muy especiales.
Arriba a la derecha se alza el mirador de Juan León.
Parece como si Lluvia estuviera correteando por la ciudad encantada de Cuenca.
Este paso comunicó siempre Los Centenares con La Hoya de la Albardía, pero al ser hoy, menos transitado que el que va por el Picón, se puede fácilmente cambiar de trocha, por lo que hay que tener un muy buen sentido de la orientación.
Cóndor y Lluvia intentan buscar un lugar para bajar.
La piedra del agujero que vemos en el centro, nos indica por donde va la pista que deberíamos haber tomado y que baja hacia los Centenares.
Aldea de los Centenares, tan cerca y aún tan lejana.
En los momentos difíciles es cuando salen los mejores. Este grupo supo sobreponerse a la dificultad, inspeccionando unos, recuperando los más cansados, hasta que el astuto Zorro Ártico nos dijo "chicos estamos salvados, por aquí, nada de volver".
Como se sufre cuando no se conoce, porque en realidad la bajada no es muy dificultosa.
Pero la recompensa a nuestra aventura y esfuerzo la encontramos por esta bella cascada del arroyo de Los Centenares. Águila Real demostró un gran instinto orientativo.
Raquel, que anda un poco justita de fuerzas, está pagando la novatada en su inolvidable debut. Ánimo valiente. Estamos llegando a los prados de La Peguera, una pequeña subida y estaremos dominando la meseta de la aldea.
El afán aventurero y las ganas de conocer hacen que el grupo se disperse ante la enigmática aldea de Los Centenares. Hemos quedado en la plaza del mercado de nuevo.
Pero aquí hace tiempo que se fue el pregonero y todos los demás.
Calígine observa, imaginando lo que pudo haber sido. Nuestro cronista, os ofrece una poesía que va dedicada a todos aquellos emigrantes que un día salieron de estos pueblos, en dónde eran los reyes, para morir en el anonimato de cualquier calle, de las implacables urbes de un progreso que no era tal y que nunca llegaron a entender.
Título.-“Algo se va” 1979
Mi pueblo, mi gente,
mi Andalucía, todo lo que poseen
lo pierden cada día.
Trenes infinitos de oscuros vagones,
atrás de donde el llanto lleváis,
ciento ochenta grados gira
el espejo del maquinista,
y aunque finja mirar al frente,
al encender la noche
el reflejo de un pitillo,
enmudeciendo,
verá de reojo reflectado
entre purpúreos impulsos de sangre,
flotar y temblar sus corazones.
Se van los emigrantes,
se va el mendigo nato,
se fue la alegría, y en mi barrio,
entre un corro de perros viejos
se ve la congoja de quién los mira.
No lloréis, no hagáis temblar
de pura ternura,
las ilusiones de los que un día,
no lejano, tengamos que marchar.
(Quinrri)
Tras haber repostado y descansado, con vistas a la aldea de Miravete, seguimos por estos bucólicos prados. Este año ha sido muy bueno de lluvias, por lo que cualquier torrentera como esta baja a tope.
La perrita Lluvia quería jugar con este barraco, pero no se fió.
Y se fue rápidamente a avisar a una veintena de gamos, que tranquilamente pastaban cerca del Cortijo de Cayetano y de la abandonada aldea de Miravete.
Gypaetus, pasa al lado de lo que fue el cortijo de Cayetano sin ninguna esperanza de encontrarlo.
A la derecha nos encontramos otra cascada.
Por este obligado paso del Barranco del lobo.
Que bordea esta espectacular cascada que forma el Arroyo de Los Centenares y que llamaremos del Barranco del Lobo.
Caprichosas formaciones rocosas al lado del Poyo del Serbal.
Os presentamos al incansable Chotillo que hoy debuta y que seguro que dará mucho juego. Estamos llegando a las Huelgas.
El grupo al completo en las Huelgas.
Ya hacia tiempo que estos dos grandes amigos Calígine y Lobo Estepario caminaban juntos.
Por esa cerrada es por dónde baja el Arroyo de Las Espumareas, que un poco más abajo recibe las aguas del de Los Centenares, para precipitarse por la Cerrada de Parrate hacia el embalse del Tranco.
Zorro Ártico solidario como el que más, busca el mejor paso ante tanto caudal.
Este lugar es en su totalidad un verdadero espectáculo.
Las Huelgas con vistas hacia la Cerrada de Parrate.
Tras cruzar el arroyo de Las Espumareas giramos por aquí a la izquierda para rápidamente tomar rumbo Norte bordeando hacia la derecha.
Las Huelgas un lugar para dejarse perder.
La ladera norte del Puntal de los Sabinares que se deja caer hacia la Cerrada de Parrate.
Nos queda una regular subida, en la que nos encontramos los restos del Cortijo de Las Espumareas de Abajo.
El carril está completamente achortalado.
A la derecha Las Espumareas de Arriba.
Hasta siempre valle Mágico. "Los Escuderos" quiere que esta ruta sea un homenaje a la gente que en otro tiempo vivió aquí en tan perfecta armonía con la naturaleza.
El gran Jabalí es esperado por el grupo en este collado desde dónde se divisa Pontones. La subida ha terminado.
La aldea de Fuente Segura.
Este joven venado se vio sorprendido a nuestro paso.
Llegando al nacimiento del río Segura.
Jabalí, en la confluencia del Arroyo de la Puerca con el río Segura.
Calígine quiso un recuerdo de tan generoso nacimiento.
Chaparro intenta hidratarse y mineralizarse. Ten cuidado con el riñón.
Chotillo espera que su nacimiento como senderista sea como el del río Segura en estos momentos.
El pasado y el futuro en el rebosante Pantano del Tranco.
Desde el Tranco un saludo del CD SENDERISTA LOS ESCUDEROS a todos sus seguidores.
Longitud del trazado: 21 Km.
Duración: 7 horas y 30 minutos.
Grado de Dificultad: Media Alta.
Agua: Llevar.
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