domingo, 22 de agosto de 2021

CHARCO AZUL, PUENTE TOBA, CHARCO VERDE.

 

 LINEAL: CORTIJO DE LA HERRADURA, CASCADA Y POZA DEL CHARCO AZUL, PUENTE TOBA, CASCADA Y POZA DEL CHARCO VERDE.



Con esta foto de la cueva de Puente Toba y sus cristalinas aguas, queremos presentar esta ruta anfibia, que nuestro CD Senderista "LOS ESCUDEROS", es la segunda vez que organiza.

SINOPSIS DE LA RUTA.-

                                           -Viniendo desde Mogón por una pista inmersa en un olivar de montaña, entre los Ríos Guadalquivir y Aguascebas Grande, llegamos al cortijo La Casa de la Herradura dónde tomaremos un carril que baja a la derecha hacia el Río Aguascebas Grande. Los vehículos los dejamos en unos pequeños anchurones situados unos metros antes de llegar al puente del citado río. 

  Comenzamos la caminata por el carril que hemos venido apenas 100 m, hasta llegar a la primera y cerrada curva que nos encontramos a la izquierda. Nosotros iremos a la derecha por una senda entre olivos, con el Río Aguascebas Grande a nuestra derecha. A unos 250 m desde la salida, nos encontramos a la derecha con la confluencia del Arroyo del Aguascebas de la Cueva del Agua, que baja desde Gil Cobo para crear el Charco Verde que se encuentra a medio km y que visitaremos a la vuelta como colofón a la ruta.

 Seguimos ascendiendo suavemente por el olivar, siempre con el río a nuestra derecha dejando el Molino de Bardazoso a nuestra izquierda, arriba en un promontorio, poco antes  de llegar a la joya de la ruta: La gruta de agua de Puente Toba, que se forma en la confluencia de los arroyos Cuadrado y Bardazoso con el Aguascebas Grande. Tras echarle un rápido vistazo continuamos nuestra senda siempre ascendiendo con el río a nuestra derecha, hasta que no nos queda más remedio que introducirnos en sus aguas para pasar a su otra margen, donde nos encontramos un pequeño tramo muy estrecho apegado a las paredes del cada vez más estrecho cañón del Río Aguascebas Grande, que baja entre las lanchas de la Cigarra  a la derecha y la de Perete a nuestra izquierda. Esta zona final que ascendemos por la ahora empinada senda, con el río a nuestra izquierda es de una gran belleza y así sin darnos cuenta llegamos a la preciosas cascada y poza del Charco Azul.

  Tras recrearnos sin prisa alguna en el entorno del Charco Azul, tomando fotos y sobre todo múltiples y terapéuticos baños, decidimos emprender el camino de vuelta por el mismo lugar de la subida, hasta llegar a Puente Toba, dónde nada más llegar almorzamos al lado del río.

 Y sin demora todos al agua pasando por la gruta, subiendo y bajando por sus dos cascadas, disfrutando de unas frías pero agradables aguas como pocas veces lo hemos hecho. Nos encontramos varios componentes de otras expediciones durante el trayecto que llevamos, pero con mucho respeto cada grupo tuvo su tiempo para sí. Cuando ya empezaban los cuerpos a arrugarse decidimos ir río abajo hacia el Charco Verde.

 Seguimos desde Puente Toba bajando por la misma senda de la subida, hasta girar a la izquierda cruzando el Río Aguascebas Grande, por un vado que hay unos metros antes de llegar a la confluencia con el Arroyo del Aguascebas de la Cueva del Agua o de Gil Cobo. Yendo por una senda que asciende con el río a nuestra derecha llegamos en 500 m al encajonado y bonito Charco Verde, para darnos el último remojón en la poza que forma una coqueta cascada. Volvemos al vado por la misma senda y de ahí al ya cercano punto de partida.

 En resumen tenemos que decir que ha sido una ruta de las que dejan huella. La mayoría del grupo ya la conocía de la anterior visita, y la disfrutó con más entusiasmo si cabe que en aquella ocasión, así que imaginen lo que supuso para los dos neófitos que íbamos por vez primera. Sin más preámbulos pasamos a mostrársela con todos los detalles, esperando que se vean salpicados de esta simbiosis de tierra, vegetación de ribera, piedra, algo de sol y sobre todo mucha y vivificadora agua. Saludos.



      DOMINGO 22 DE AGOSTO DE 2.021.




  Este es el elegante grupo anfibio que el CD Senderista "Los Escuderos" de Rus (Jaén) presenta para la ocasión. Se trata de los Siete Magníficos, armados hasta los topes de ilusión. 
 Desde la izquierda: Coyote, Paco, Cristóbal, Felipe, Luis, Gran Muflón y Córvido Carcávico. El Mexicano y Steve McQueen están bien definidos. La duda reside en quién es el Yul Brynner de los siete. Más adelante seguro que saldremos de dudas.




  La senda va por el olivar con el Río Aguascebas Grande a nuestra derecha. De Fondo vemos la Lancha de Perete a la izquierda y la de la Cigarra a la derecha.




   Caminando hacia Puente Toba.




  A 1'3 km del punto de partida nos encontramos a nuestra derecha esta abertura vegetal. Es la primera de las dos bajadas que hay al paraje de Puente Toba.




   Bajando con cuidado hacia Puente Toba. El terreno estaba bastante seco por lo que facilitó el paso.




   Inicio de la gruta a Puente Toba. Ya encontramos varios grupos que estaban disfrutando de la zona. Tras un breve reconocimiento dejamos el lugar para continuar hacia el Charco Azul. A la vuelta nos tocaría a nuestro grupo empaparnos de tan insigne paraje.




  Seguimos ascendiendo suavemente por la senda entre vegetación de ribera con el río cercano siempre a nuestra derecha.




  La senda nos acerca aquí hasta el mismo cauce, aunque con pericia logramos pasar yendo primero a la izquierda y cruzando a la otra margen por un vado de piedras que aparece en el centro de la foto.




  Cruzando el vado aún sin cambiarnos a calzado de agua.







 Al pasar a la otra margen nos encontramos con este bellísimo tramo del Río Aguascebas Grande. 




  Segunda oficial con el grupo al completo. El día está algo nublado por lo que facilita la captación fotográfica de nuestras cámaras digitales.




   Felipe que va en cabeza tras el fotógrafo, se dispone a pasar por un pequeño tramo estrecho que se apega a las paredes rocosas de la margen izquierda del río. 




   Idílico tramo. A partir de aquí la senda (que va a la derecha del río) se hace más empinada, aunque ya queda poco. El Charco Azul se encuentra al lado de los farallones anarajandos que vemos al fondo en el centro. 




   Nuestro compañero Cristóbal busca subido a esta roca la mejor perpestiva.




  Coyote no quiere perderse este bonito recuerdo.




  Y esta para nuestro guía Luis que ya es la segunda vez que nos trae por este lugar. En la primera ocasión llegaron remontando el río hasta el Molino de la Parra. Hoy sólo subiremos hasta la cascada del Charco Azul. La idea hoy es de disfrutar de las cristalinas aguas.




   En la parte derecha vemos como se empina la senda en este tramo ya cercano al Charco Azul.                                              




   Córvido Carcávico sale del río tras la captación de nuevas y sorprendentes perspectivas.




  Esta es la primera que queremos mostrarles de la cascada y poza del Charco Azul. Es gentileza de Córvido Carcávico, que tras dejar al grupo al lado del agua ascendió un pequeño tramo para homenajear así esta bella obra de la naturaleza y poder mostrarla sin contaminación humana.




   Comienza el festival de fotos para el recuerdo. Esta para Cristóbal.




 Coyote no se pierde una.




   Esta para nuestro guía Luis.




  Córvido Carcávico sigue arriba y llama la atención del grupo. Es el momento de contaminar humanamente este paraje. Aparte de sus seis compañeros aparecen un trío que hizo la subida mezclado con nosotros.




   Córvido Carcávico fuerza aquí para sumarse a la fiesta.




  LA VIDA DE LA CASCADA

 Música continua,
monótonas apacibles notas,
con su larga lengua líquida
lame por incontables siglos
la piedra dura,
que poco a poco se doblega:
y en el pequeño lago
que allí debajo se forma,
en remolinos se mece
una amarillenta espuma,
en cuanto de ella se eleva
una húmeda bruma;
y donde el líquido no toca,
tapiz de musgos recubren la roca,

En su parte más alta
sus aguas corren impetuosas
y muy raramente llega a mi cintura,
en cuanto en donde cae el agua
supera con creces mi altura,
y sigue ahondando.

Escondida en medio del bosque
ahí siempre estas,
solitaria, refrescante, 
rápida, ruidosa,
apacible, encantadora,
ajena al tiempo y al mundo,
inamovible, imperturbable;
pareces eterna...

               Luis Reis





   Cristóbal posa con el anagrama del club, mientras Felipe que se desenvuelve como un pez, disfruta del baño.




   Córvido Carcávico estaba deseando de bajar de la cárcava, para disfrutar de esos baños que tan bien le sientan, y que ya hacia tiempo que no tenía la oportunidad de tomar. 




  Nuestros fotógrafos habituales andan en la otra orilla. Mientras Felipe parece prepararse para las olimpiadas de París 2.024.




   Córvido Carcávico y Cristóbal posan con la bandera. Paco que está algo remiso a meterse en la poza, ha tomado la dirección fotográfica. Esto es lo bueno de tener un grupo versátil y solidario.




  Como pueden observar no se nos resiste modalidad alguna. Vamos a por todas.




  Aquí faltan dos que son...




   Gran Muflón con su moreno medieval que se va introduciendo muy lentamente y Paco que nos saluda mientras continua dubitativo.




  La bandera también se va a llevar hoy sus buenos remojones.




  Coyote, Córvido Carcávico y Luis elevan la bandera al mismo tiempo que su ilusión.







  El intrépido y ligero Coyote, saluda al lado de la cascada.




    Cristóbal y Coyote que juntos suman casi siglo y medio, nos muestra esta atractiva zona por debajo de la poza.




   Nuestros habituales fotógrafos Luis y Córvido Carcávico son ahora captados así de propios.


    

  Coyote se pidió esta a la que el mismo calificó "de cuerpo presente". Es hoy de largo el más veterano y empezamos a creer si no será eterno.




  El precavido Cristóbal (que aparece más lejano) como buen aficionado a la escalada, se ha traído esta cuerda que nos ayudará a bajar hacia otro bellísimo remanso.  




   Tras inspeccionar el remanso, el rey del encuadre y las perspectivas imposibles (Córvido Carcávico) se dirige bajando un trecho por la senda por la que subimos, para engalanar solidariamente con las siguientes fotos esta entrañable entrada.




   La primera para sus veteranos compañeros que han formado un perfecto dúo.




  Esta para la poza que se ha encontrado al introducirse en el río.




  Encajonada cerrada esta del Río Aguascebas Grande en torno al Charco Azul. Cualquiera se mete por aquí tras una tormenta, Sus aguas bajan de la gigantesca cárcava situada por encima de la Cueva del Peinero y rodeada por las altas cumbres de la Sierra de las Villas: Caballo Torraso, Hoyacillo, Cubo, Hernanillos y el Blanquillo.




  Y este autorretrato para el rey del encuadre: Córvido Carcávico.




  Y aquí de nuevo juntos los tres protagonistas del minireportaje anterior. Esta es gentileza de Paco. Aunque no tenemos escape posible ya que arriba está Luis cargado de munición.




  Que mejor manera de contaminar este lugar con nuestra presencia, plena de felicidad. 
Hoy como amantes de la naturaleza, reivindicamos nuestro lugar en ella, mezclándonos hasta los tuétanos, siempre en perfecta simbiosis con los puros elementos del entorno.




   Luis dispara desde su atalaya a estos cuatro veteranos.




  Orgullosos siempre de nuestro eslogan. Arriba vemos al emperador de las frías aguas: Felipe. Estaba empezando a arrugarse por lo que ha decidido emerger de nuevo.




   Cristóbal muestra a Coyote la manera de subir con la cuerda.




  Nuestro compañero Cristóbal tiene experiencia en la modalidad de escalada, y ha tenido hoy la idea de compartir sus conocimientos con sus compañeros. Como verán es un ejercicio muy facilón y básico, que cualquiera puede hacer sin riesgos.




   ¡Y como no! Su alumno más decidido el sempiterno Coyote. 




  Estos dos se están convirtiendo en el dúo de moda.




  Tan dubitativo está nuestro compañero Paco, que lo de sumergirse lo ha dejado quizás para Puente Toba, dónde creo que no podrá resistirse. Al tiempo vamos.




  Luis y el enigmático Gran Muflón regresando hacia Puente Toba. Damos por concluido el Charco Azul. 




   Bonito Poyo este que se alza por encima de los farallones de la margen derecha del Aguascebas Grande. Debe de estar repleto de buitreras ya que no han cesado de planear por sus aledaños. 




Tema.- Dedicatoria.

Título.- “Una piedra llamada Memoria”        13-4-2016

 

Hay una piedra en el camino

que se resiste al olvido,

y hay quienes pasan bordeándola,

piedra transparente de su vergüenza.

 

Y aquí junto a esta otra piedra con nombres me hallo,

para contarles a los muertos

que sigue cortando el camino

la misma piedra de siempre.

 

¡Qué es lo que esconde el hombre

para borrar hasta el nombre!.

 

Memoria y honra me llevo

para allanar;

y en vez de piedra seáis,

la arena del camino.

 

                            (Quinrri)                             





  Cruzando de nuevo el río en la bajada, por el mismo lugar que en la subida.




  Bajando ya por la senda de su margen derecha.




   Pasando agarrados evitando el agua por este estrecho paso.




  Línea superada. Continuamos para bingo.




   Abrupta torrentera que baja de la Lancha de la Cigarra hacia la margen izquierda del Aguascebas Grande. En época de lluvias debe ser todo un espectáculo de cascadas y saltos de agua. 




   De nuevo en el olivar echamos una mirada atrás sobre la cerrada del Charco Azul, situado entre las Lanchas de Perete a la izquierda y la de la Cigarra a la derecha.




  ¡Gran enigma, gran corazón, grande grande Gran Muflón!

 Nuestro compañero nos invita a bajar por este agujero vegetal. Tras introducirnos volvemos a....




  este bellísimo paraje conocido como Puente Toba.




  Y aquí unos metros más abajo de la gruta de Puente Toba, hemos encontrado este carísimo restaurante, amenizado por el rumor de unas aguas que hemos venido buscando para saciarnos de ellas.




   La mano izquierda de Gran Muflón nos muestra por dónde accederemos en primer lugar a la gruta de Puente Toba. Hay tres accesos a la gruta. Este es el de la parte baja.




  Nos vamos para adentro con la ilusión disparada.




   De  (LAS MALETAS DEL VIAJERO) (1.973)

"En la gruta inmensa, el tiempo está aproximando dos piedras insignificantes y promete de aquí a doscientos años la silenciosa unión de ambas. En la hora en la que escribo, avanzada la noche, la caverna está sin duda en una oscuridad profunda. Se oye el gotear de las aguas sueltas sobre los lagos sin peces, mientras, en silencio, la montaña vierte la gota lenta de la promesa"

                José Saramago
     



  Nos hemos quedado petrificados. A continuación vamos a mostrarles un extenso reportaje en el que queremos transmitir la felicidad que sentimos en este increíble Puente Toba.




  Desde la entrada baja de la gruta, vista del Río Aguacesbas Grande descendiendo tras salir de su obra suprema.




   Cristóbal exultante se adapta poco a poco a estas impolutas y frías aguas. La foto es para que no la olvides nunca compañero.



 
  Esta es la segunda entrada ascendiendo el río. Queda más o menos en la mitad de la gruta.




  Está claro que los siete vamos para adentro, incluso los más remisos ya no tienen ninguna duda.




  Córvido Carcávico disfrutando de la parte más alargada de la gruta.




  Cristóbal y Felipe en medio de la cristalina gruta.




  Y aquí llegamos siguiendo río arriba a la tercera entrada de la gruta, que coincide con una preciosa cascada.




  La cascada la estamos disfrutando como un jacuzzi natural.




  La felicidad en el grupo es notoria, tan sólo hay que vernos las caras.




  Vista desde el centro de la gruta de la estimulante cascada. Las siguientes fotos están tomadas desde el mismo lugar.













  Felipe disfrutando de este carísimo jacuzzi.




   El descenso a la gruta por esta tercera entrada es algo más complicado; pero con cuidado y un buen calzado adherente, se puede descender sin riesgo.







  Hoy quiero hacer una mención especial a nuestro compañero Felipe, referente a su gran adaptación a las frías aguas. Sumergido en el líquido elemento se maneja como auténtico pez en el agua.




   Entre unos posando y otros captando estamos consiguiendo un completísimo reportaje.




   Invitación al aire

 Te invito, sombra, al aire.
Sombra de veinte siglos,
a la verdad del aire,
del aire, aire, aire.
Sombra que nunca sales
de tu cueva, y al mundo
no devolviste el silbo
que al nacer te dio el aire,
del aire, aire, aire.
Sombra sin luz, minera
por las profundidades
de veinte tumbas, veinte
siglos huecos sin aire,
del aire, aire, aire.
¡Sombra, a los picos, sombra,
de la verdad del aire,
del aire, aire, aire!

   Rafael Alberti





  ¡Cómo nos estimulan estas aguas salvajes!













  Y la fiesta poco a poco toca a su final.




  Y tras el feliz ajetreo, la gruta de Puente Toba retoma su estado natural.




 Camino del cercano Charco Verde, bajando con el Río Aguascebas Grande a nuestra izquierda. Un poco más abajo lo cruzaremos por un pequeño vado para... 


 

 tomar por esta senda que asciende mientras llevamos el Arroyo de la Cueva del Agua a nuestra derecha.




  Poco antes de llegar al Charco Verde podemos apreciar el encajonado y abrupto barranco que el Arroyo de la Cueva del Agua ha ido formando.




  El Charco Verde. Arroyo arriba se encuentra el Área recreativa de Gil Cobo.




  Un lugar que invita al relax.










  Córvido Carcávico y Coyote posando junto a la bonita cascada del Charco Verde.




  Y Felipe de nuevo sumergido en su hábitat favorito.




  Mirando al cielo se puede apreciar lo encajonado que se encuentra este Arroyo de la Cueva del Agua o del Aguascebas de Gil Cobo.







  Córvido Carcávico se concede el último baño de una jornada increíble.




  Cristóbal también se une al remojón.







  Cristóbal y Paco Checa siempre que pueden riegan su amistad. Enhorabuena Maestros.




  Y la última oficial junto al Charco Verde.




   Sobrecogedor e inhóspito barranco.




Llegando al lugar de partida.

  




Longitud del trazado: 5´83 km.

Duración: 5 horas y 21 minutos , con relajadas paradas y comida.

Grado de Dificultad: Media Alta

Agua: Llevar.