CIRCULAR CAÑADA DEL TORIL, CERRO DEL ESPINO, NACIMIENTO DEL RÍO MADERA.
Desde este mirador del Cerro del Espino estos quince miembros del CD Senderista "Los Escuderos" os ofrecemos esta ruta que parece sacada de la mirada de los buitres y rapaces que nos acompañaron.
Desde la Izquierda y de pie: Gran Muflón, Halcón Peregrino, Calígine, Javier, Laricio, Julio, Pangea, Águila Real, Nogal y Lucio.
En el mismo sentido pero agachados: Alcatraz, Luis, Chotillo, Córvido Carcávico y Chaparro.
SINOPSIS DE LA RUTA.-
- La subida en coche a la Sierra la hicimos por la carretera que sube antes de llegar de La Puerta a Siles a la derecha por la Peña del Olivar. Seguimos esta estrecha carretera hasta unos 500 m. pasado el cruce de Orcera y Segura de la Sierra, para tomar a la izquierda por una estupenda pista, antigua Cañada del Toril. Poco antes de los dos Km y al lado del Arroyo del Tejuelo, dejamos aparcados y callados los autos.
Iniciamos la ruta tomando en dirección Este por la magnífica pista entre enormes venados y gamos que andaban algo revueltos dada la época de apareamiento en que se encuentran. A nuestra izquierda y entre una espesa y variada vegetación podíamos admirar el inicio del valle del Río Tus entre los cerros de los Calarejos y del Rayo. Al frente se nos aparecía de vez en cuando arriba nuestro gran objetivo el Cerro del Espino. Así relajadamente fuimos andando hasta llegar al bellísimo Collado del Ventano en cuyo agujero erosionado nos hicimos unas exclusivas fotos.
Desde el collado tomamos a la derecha por unas trochas mal indicadas que comenzaban en lo que era una torrentera. Este tramo fue por su empinado trayecto el más duro que afrontamos, ya que una vez arriba, la extensa pradera de la meseta que nos encontramos nos llenó de ilusión y satisfacción.
Tras comer al lado del Geodésico comenzamos a recorrer toda la planicie al lado de sus cortados, comenzando hacia el Oeste hasta llegar a la senda de bajada que se encontraba en el Sur-Este.
El día era bastante nítido y pudimos comprobar la enorme dimensión de estas sierras. Destacar la presencia de algunos tejos en la zona Sur de la pradera así como algunos gamos y buitres.
Al bajar (tomamos en un cruce que indicamos) por una senda que a media ladera bordeaba toda la parte sur del macizo y que nos llevó al nacimiento del Río Madera. Seguimos un poco más y a la derecha nos salía un carril en desuso que nos condujo al lugar de partida.
En definitiva, esta no ha sido una ruta más, ya que ninguno esperábamos encontrarnos con unas vistas como las que disfrutamos y que seguro permanecerán por mucho tiempo en la retina de los quince que tuvimos la suerte de admirarlas.
En espera de que les guste nuestro reportaje pasamos a ofrecérselo desinteresadamente.
Iniciamos la ruta tomando en dirección Este por la magnífica pista entre enormes venados y gamos que andaban algo revueltos dada la época de apareamiento en que se encuentran. A nuestra izquierda y entre una espesa y variada vegetación podíamos admirar el inicio del valle del Río Tus entre los cerros de los Calarejos y del Rayo. Al frente se nos aparecía de vez en cuando arriba nuestro gran objetivo el Cerro del Espino. Así relajadamente fuimos andando hasta llegar al bellísimo Collado del Ventano en cuyo agujero erosionado nos hicimos unas exclusivas fotos.
Desde el collado tomamos a la derecha por unas trochas mal indicadas que comenzaban en lo que era una torrentera. Este tramo fue por su empinado trayecto el más duro que afrontamos, ya que una vez arriba, la extensa pradera de la meseta que nos encontramos nos llenó de ilusión y satisfacción.
Tras comer al lado del Geodésico comenzamos a recorrer toda la planicie al lado de sus cortados, comenzando hacia el Oeste hasta llegar a la senda de bajada que se encontraba en el Sur-Este.
El día era bastante nítido y pudimos comprobar la enorme dimensión de estas sierras. Destacar la presencia de algunos tejos en la zona Sur de la pradera así como algunos gamos y buitres.
Al bajar (tomamos en un cruce que indicamos) por una senda que a media ladera bordeaba toda la parte sur del macizo y que nos llevó al nacimiento del Río Madera. Seguimos un poco más y a la derecha nos salía un carril en desuso que nos condujo al lugar de partida.
En definitiva, esta no ha sido una ruta más, ya que ninguno esperábamos encontrarnos con unas vistas como las que disfrutamos y que seguro permanecerán por mucho tiempo en la retina de los quince que tuvimos la suerte de admirarlas.
En espera de que les guste nuestro reportaje pasamos a ofrecérselo desinteresadamente.
SÁBADO 4 DE OCTUBRE DE 2014.
Lugar dónde dejamos los vehículos al lado de la pista de la Cañada del Toril.
Entre la espesa vegetación, la compañia de algún ungulado y los berridos de celo de otros, comenzamos con gran ánimo de esta guisa la ruta.
Al frente como vamos se nos aparece de pronto nuestro gran objetivo el Cerro del Espino (1.722 m)
Primera oficial del día de este equipazo del CD Senderista "Los Escuderos" de Rus (Jaén).
Como fondo se observa el soleado monte Navalperal.
A nuestra izquierda nos aparece el inicio del valle del Río Tus. Desde aquí las aguas van al Arroyo de la Nava del Espino que más abajo al juntarse con otros arroyos como el del Tejuelo y Andrés conforman el nacimiento de este río Tus.
Este río nacido en la llamada Sierra del Agua, lugar con el mayor indice de lluvias de todo el parque, nada más nacer aparece buscando paso entre Los Calarejos a la izquierda y el Rayo moldeado por las tormentas a la derecha.
Al fondo el río gira noventa grados al toparse con el macizo del Peñon del Rubio y del Puntal del Caballo que hacen de parapeto al Calar del Mundo cuyas cumbres aparecen en el centro. Aquí el Tus que forma como una L, encara su tramo más alargado y consigue al abrirse paso dividir los inmensos calares del Mundo y de La Sima para crear uno de los cañones más bellos que existen.
Este río nacido en la llamada Sierra del Agua, lugar con el mayor indice de lluvias de todo el parque, nada más nacer aparece buscando paso entre Los Calarejos a la izquierda y el Rayo moldeado por las tormentas a la derecha.
Al fondo el río gira noventa grados al toparse con el macizo del Peñon del Rubio y del Puntal del Caballo que hacen de parapeto al Calar del Mundo cuyas cumbres aparecen en el centro. Aquí el Tus que forma como una L, encara su tramo más alargado y consigue al abrirse paso dividir los inmensos calares del Mundo y de La Sima para crear uno de los cañones más bellos que existen.
A Chotillo y Halcón Peregrino les llamó la atención esa erosionada roca que ven a su izquierda.
El Monte Navalperal se nos muestra así de imponente. Su geodésico que está un poco a la derecha del centro mide 1.618 m. y la caseta de vigilancia que está en la izquierda alcanza los 1.639 m.
Espectacular foto la que sacamos con nuestra fiel "granate". Se trata de la parte izquierda del Collado del ventano con su gran agujero. Por encima la silueta del Calar de la Sima con la cumbre del Cerro Mentiras a la izquierda.
Hoy tenemos tres amigos invitados, este es el risueño Javier. A sus espaldas vemos el Cerro del Espino con una torrentera a la derecha por la que iniciaremos su ascenso.
Pangea mira por la ventana que se abre al amanecer y que esperamos sea de una nueva etapa en la que él y los jóvenes de su generación puedan desarrollar la buena formación que poseen respetando siempre la naturaleza.
Parte del grupo en el ojo o ventana del nuevo y esperanzador amanecer.
No es ninguna famosa estatua griega, que es nuestro imaginativo y gran compañero Halcón Peregrino.
Os presentamos a Alcatraz que es el segundo de los tres invitados con los que hoy contamos. Aquí lo vemos posando junto a estas extrañas formaciones rocosas y saludables laricios.
Comenzando la dura subida hacia el Cerro del Espino por esta torrentera.
Ánimo que ya casi estamos arriba.
Y como el descubridor de esta alucinante meseta nuestro tercer invitado el jóven Julio parece querer volar sobre este paraiso.
Lucio que reaparece en una de sus poses características. El verano, por la escasez de agua suele pasarlo en la nevera.
Educativo cartel del mirador del Cerro del Espino.
Foto gentileza de nuestro socio y amigo Luis del grupo en el geodésico del Cerro del Espino.
Halcón Peregrino se pidió las vistas hacia el valle del Tus entre el cerro del Rayo(1.619 m) a su derecha y el de los Calarejos (1.664 m) a la izquierda.
Julio y Alcatraz están encantados de acompañarnos y sus vistas son hacia la luz de un amanecer que marcará el comienzo de algo duradero e indestructible como los lazos que a los dos unen.
Luis en el Cerro del Espino (1.722 m)
Como un racimo nos acomodamos en este restaurante que de caro sólo unos pocos pueden pagar.
Córvido Carcávico desde la cima del Calar del Espino que el vió despejarse de nubes en la ruta que hicimos por Los Calarejos cuando caminando por encima de sus verticales farallones por la zona que tapa con su cuerpo, nació esta ruta. Al despejarse recordamos que dijo "ese Calar por detrás del Rayo tiene pinta de ser el Calar Corazón" y desde ese día en su mente estuvo coronarlo.
Inmensas sierras, inmenso corazón, enorme e inmenso Gran Muflón.
Las siguientes fotos tomadas alrededor del geodésico van girando con esta primera según las agujas del reloj hasta contemplar una panorámica que nos dejó anestesiados.
Silencio un águila pasa:
El vuelo del águila continua ahora buscando los farallones que por encima de su inaccesible nido conforman la alargada y vertical pared Oeste del calar.
Este pino bandera es un símbolo de este sitio. Halcón Peregrino que lo sabe le rinde cumplido homenaje.
Al borde del cortado de la pared Oeste y con las vistas de Segura de la Sierra en el centro.
Laricio capta en esta foto las ganas que el grupo tiene de incrementar las sensaciones que desde este mirador de lo eterno venimos sintiendo.
El asiduo Gran Muflón parece ir tomándole el gustillo a esto de posar y aquí lo vemos con Segura de Sierra tras los espesos pinares.
Las lluvias escasas recien caidas hacen verdear a esta nava aérea que parece que nos estaba esperando.
Esta Nava del Cerro del Espino es la "nava de la cumbre", escoltada a la izquierda por el cordel de altura bastante pareja a las de las cumbres con el Alto de la Morilla al Sur de 1719 m, sólo tres menos que el del Espino. A su derecha la inmensa y respetable pared Oeste por la que vamos.
Abajo mientras oimos a los machos en su lucha por el apareo vemos el valle de Río Madera que nace por dónde amarillean los álamos y que va entre La loma de Mirandante a su izquierda y la poblada loma de la Umbría de la Mesta a la derecha. Al fondo majestuosamente pétreo el Yelmo.
De nuevo este tridente coincide por lo que la historia continua.
Mientras intentamos visualizar la berrea que oimos, llegamos a esta parte de la pared por uno de los pocos sitios que se puede acceder. Un poco más adelante uno de los gamos que había en el pinar tomó tras pasar delante de nosotros para la nava.
Córvido Carcávico junto al neófito Javier con el Calar de Navalperal berreando.
Piensa Chaparro inmerso en la nava que con unos cuantos de su especie el lugar habría quedado completado.
Valle del Río Madera desde su nacimiento.
Relajada oficial gentileza de nuestra "granate" que se comporta siempre como una buena máquina.
Galayos de rey verdadero estos que nos encontramos cuando iniciamos la suave subida hasta el techo Sur del cordel del calar, el Alto de la Morilla (1.719 m) que vemos arriba a la izquierda.
Conforme va despejando se va viendo la grandeza de tantas sierras y valles y el deseo de conocerlos se nos convierte en nuevos retos.
Cuando todo era sosegado.
De pronto este gamo como señor y guardián de la nava parecía decirnos al pasar delante de los rezagados que aún no había decidido bajar a la llamada decisiva y enamorada del valle.
Laricio esta nava es larga y alta como tu nombre y sus aéreas cumbres son el mirador de lo profundo.
Chotillo nos muestra la exuberante vegetación mayoritaria de pinar, distinta de la que en otra hora fue. La maldición de sus codiciados hayedos, robledales, encinares, alcornocales y quejigares se consumó en la extinción cuando con sus cuerpos crearon barcos que nacidos del expolio ya sólo pudieron romper con él cuando reposaron bajo las aguas sumergidos.
La declaración de provincia marítima de Segura cambió la vegetación de estos bosques que ya nunca volvieron a ser lo mismo. Entre 1.730 y 1830 fueron ejecutados 280 millones de árboles que no eran pinos.
Marineros este calar es un barco invertido y vosotros sois la hélice que le permitirá navegar por el fondo de los mares hasta que pueda abrazar la quilla del roble que una vez le fue estirpado.
Por encima del Castellón (1.575 m) vemos parte del Calar de la Sima y a la derecha el Calar de Cabeza de la Mora con alturas cercanas a los 1.700 metros
Córvido Carcávico y Luis, nuestros cazadores de calares, son sorprendidos con dos que no se nos van de la cabeza y que aparecen al fondo el de La Pillilla y el de Cobos.
Maravillosa foto hacia el Sur. Conforme se elevan las nubes desde la izquierda se nos aparece en lo más lejano la silueta por encima del Calar de Cobos de Las Empanadas, La Cabrilla, Cuerda del Cabañas y la de las Banderillas.
Alcatraz en su primera ruta ya nos ha dejado constancia de sus conocimientos botánicos. Seguro que vas a caer en este grupo como agua de mayo. Aquí junto a este pequeño Tejo que aparece arriba te deseamos la mejor de las bienvenidas.
Detalle de este precioso y sorprendente Tejo.
Gran Muflón con su callada pero continua labor se ha convertido en uno de los grandes pilares de nuestro club. Los galayos al sur del Alto de la Morilla lo coronan como emperador de la costancia y el compañerismo.
Halcón Peregrino desde la cumbre del Alto de la Morilla seguro que hoy tendrá el bendito problema de tener mucho más complicado el elegir un lugar dónde fijar su mirada.
Variedad otoñal de la flor de Crocus.
Córvido Carcávico en la cima del Alto de la Morilla con vistas al Sur.
Y Águila Real nos muestra estas vistas al Este que por fin podemos captar con nitidez.
Por encima del Castellón aparece el valle de los Arroyos del Prado de Juan Ruíz y de la Espinea que se labraron su lugar entre los calares de la Sima a la izquierda y el de la Cabeza de la Mora a la derecha.
Seguimos alucinando y arriba a la derecha el Calar de la Pililla y La Sagra nos hacen sentir su telúrica llamada que muy pronto tendrá respuesta.
Ahora desde la cima del Alto de la Morilla y con un horizonte cada vez más lejano os mostramos en las siguientes fotos sus vistas.
Por doquiera que mi alma
navega, o anda, o vuela, todo, todo
es suyo. ¡Qué tranquila
en todas partes, siempre,
ahora en la proa alta
que abre en dos platas el azul profundo,
bajando al fondo o ascendiendo al cielo!
¡Oh, que serena el alma
cuando se ha apoderado,
como una reina solitaria y pura,
de su imperio infinito!
es suyo. ¡Qué tranquila
en todas partes, siempre,
ahora en la proa alta
que abre en dos platas el azul profundo,
bajando al fondo o ascendiendo al cielo!
¡Oh, que serena el alma
cuando se ha apoderado,
como una reina solitaria y pura,
de su imperio infinito!
J. R. Jiménez
Al bajar por este complicado lapiaz del Alto de la Morilla nos encontramos de premio:
Algunos ejemplares de tejos que hacen del Sur de este calar un jardín botánico.
Gran Muflón emulando al gran Hércules pretende separar las rocas para facilitar el paso al grupo.
Arriba Córvido Carcávico sobrevuela junto a un buitre con su cámara los lugares que antes les hemos mostrado.
En el lapiaz este tejo fue el premio.
Nuestros corazones henchidos de la humildad en la que tanta grandeza admirada nos ha sumido, sienten tener que emprender la bajada.
Por la senda de bajada.
En la bajada nos vimos sorprendidos por la cantidad y variedad de arbustos y vallas que nos encontramos.
Como este rosal silvestre.
Por esta senda iremos bordeando la zona Sur del calar a media ladera lo que supuso una nueva gozada.
Pese a la escasez de lluvias nos encontramos con este hongo o seta del que agradeceremos información.
Chaparro junto al grupo celebra en el interior de este puesto como trofeo la botella olvidada de algún cazador.
Las vistas dan fe de la altura de la senda por la que vamos.
Un pletórico Julio tira del grupo en su debut, lo que le augura una larga trayectoria en un futuro.
Del fruto de esta valla se obtiene un tinte con el que se teñia la ropa.
Nogal aprovecha tan bien las escasas veces que puede acompañarnos que ya hacia que no lo veía.
Saludable Espino Albar o Majuelo. Nosotros en Rus lo llamamos "majoleto"
Cada collado o repisa son una delicia.
Este cruce es clave y nosotros seguimos por este carril bordeando a media altura el calar.
Arriba el galayero Alto de la Morilla.
A la izquierda del calar vemos otro precioso valle.
Siguiendo relajadamente llegamos a estos abiertos prados. El calar del que venimos arriba.
A la derecha a unos metros estaba el Nacimiento del Río Madera.
Primeras aguas del Madera.
Curioso y atípico nacimiento.
Ahora tomaremos a la derecha conforme venimos, por el carril que vemos en primer plano.
Atajando por una trocha al lado de un arroyo seco.
Y bingo, como nos dijo Córvido que parece tener un GPS personal llegamos a los coches.
A la vuelta ya que decidimos salir por Orcera fuimos hasta la pequeña aldea de La Hueta que nos pillaba casi de paso.
Y en este merendero repusimos fuerzas.
Vistas de la Piedra del Agujero desde La Hueta.
Luis camina por una de sus escasas calles.
Alcatraz posa en este corto callejón.
Nos encontramos tres habitantes que nos invitaron a conocer los alrededores de esta aldea. Lo tendremos en cuenta para rendir cumplida visita.
El coqueto lavadero público.
Cuando de vuelta pasábamos por Arroyo del Oyanco nos acercamos a contemplar este famoso olivo.
Longitud del trazado: 16 Km.
Duración: 6 horas.
Grado de Dificultad: Media Baja.
Agua: Llevar.
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